
DSP. Judith del Carmen Chan Vazquez
La educación humanista es un enfoque pedagógico que prioriza el desarrollo integral del individuo, fomentando no solo el conocimiento académico, sino también el crecimiento personal, emocional y social, respetando la autonomía y dignidad de cada estudiante, parte de una concepción de la persona humana como un sujeto o como un agente dotado de conciencia, libre y racional, y considera que la educación es un proceso intencional que implica la comprensión, afirmación y transformación del mundo y del propio sujeto.
Así, López Calva (1996) señala que el proceso de enseñanza-aprendizaje es, fundamentalmente, un proceso de “encuentro humano” en el que tiene lugar el diálogo atento, inteligente y razonable, así como la libre valoración sobre los diversos aspectos de la realidad que se estudia, con el propósito de ampliar el “horizonte de comprensiones, significados y valores que intervienen en él”.
La aspiración máxima del humanismo en la educación es la formación integral de la personalidad, del ser y su plena realización como ser humano, y el cultivo de la sensibilidad para desarrollar sus verdaderas potencialidades creadoras, lo que puede lograrse por medio del proceso de enseñanza aprendizaje, en el cual debe estar como un indicador. Además de lo anteriormente analizado, el proporcionar que el estudiante aprenda a pensar, sentir, actuar y desarrollarse como personas.
En su esencialidad teórico-práctica por educación humanista se comprende la formación en los estudiantes de un sistema de conocimientos, habilidades, valores, convicciones y sentimientos, que se fundamenta en una metodología dialéctico-materialista y en un enfoque cultural y personológico, dirigidos a la integralidad del conocimiento, al cultivo de la sensibilidad y la espiritualidad, a la interpretación y explicación de los procesos históricos, sociales y culturales relacionados con el hombre, así como al desarrollo de un estilo de pensamiento y de actuación en función de la transformación de la realidad. Se basa en el conocimiento integral del ser humano y del mundo “se expresa, ante todo, en una concepción del mundo y en un enfoque axiológico”. (Mendoza, 2005, p. 11)
La educación humanista constituye uno de los retos de la educación en todos los niveles, por lo cual, se hace evidente la necesidad de la ruptura con los esquemas tradicionales; aunque es un reclamo de diversas personalidades del mundo intelectual, político, religioso, pedagógico, continúa siendo una deuda pendiente con la humanidad. Todos los esfuerzos que se realicen pueden ser pocos ante la situación de la crisis de civilización que en la actualidad vive el universo todo.
La educación y sus respectivas instituciones educativas pueden hacer posible cambiar esta realidad, para lo cual se requiere estudiar profundamente los programas, lineamientos y currículos actuales, así como las prácticas cotidianas, convirtiendo en eje de actuación del profesional el encargo social de la formación humanista del estudiante.
Por eso, no se debe ver al alumno como segmentos formativos diferenciados, donde sólo se prioriza la parte racional sobre otras áreas, la educación humanista propone una mirada holística de la formación, ver al aprendiente como sujeto integrador e integral, donde todas áreas de desarrollo son valiosas para la vida y para el aprendizaje. En este sentido, el docente también trabajo con todos sus recursos, los didácticos, los teóricos y particularmente con los personales, que son los que lo vinculan o relacionan con el alumno, para este encuentro educativo.

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