Nueva enseñanza o nuevo liderazgo: el caso de Alexis y Gisela

Dra. Martha Maricela Galicia Lira

Hemos escuchado, leído e incluso visto que nada es, ni será igual a lo vivido antes del mes de marzo 2019; hoy, nos rodea gente estresada, sobresaltada, enojada con la vida, temerosa de contagiarse o de morir, niños con dificultades para relacionarse, maestros con incertidumbre ante la falta de apoyo de padres, escuelas con caos por escases de materiales, padres furiosos porque en las escuelas se piden muchas cosas; además, angustia por la crisis económica y así… un sinfín de conflictos reales e imaginarios.

No obstante, en la labor educativa es menester soñar y buscar las condiciones para hacer de las escuelas, “centros vivos”; es decir, esos sitios donde los niños, niñas, jóvenes y todos los estudiantes inicien las bases de ese porvenir, distinto en educación, en la sociedad, en las formas de aprender y crear.

Al respecto, sirvan estas letras para contar la historia de “Alexis Adán Garay Galicia” un joven de 16 años que estudia en el Centro de Atención Múltiple (CAM) No. 62, ubicado en el municipio de Texcoco, Estado de México.

Alexis (en lo sucesivo) fue diagnosticado con discapacidad intelectual leve, sumado a problemas de lenguaje, y bajo esa realidad, su mamá (Gisela en adelante) buscó una escuela donde Alexis pudiera estudiar para “ser alguien en la vida” -para valerse por sí mismo, aprendiera y aprehendiera conocimientos útiles, reales-  en la sociedad actual.

En ese escenario, entró al CAM No. 62 “secundaria”, y cuando estaba encontrando el ritmo, todo cambió por la pandemia. Particularmente, segundo y tercer grado en línea, fueron desafiantes para él y su mamá; uno y otro aprendieron a usar las tecnologías, matemáticas, español y otros saberes que le ayudaron a mejorar su expresión oral, escrita, y confianza en sí mismo; claro está, en ese camino la familia estuvo ahí, pero lo aprendido fueron victorias de Alexis y Gisela, principalmente.

El Ciclo Escolar 2021 – 2022, implicó repensar en la preparatoria, un trabajo o qué hacer en la casa, pues, aunque Alexis ya sabía operaciones básicas, leer y escribir, no tenía esas competencias que se requieren en el nivel bachillerato en los alumnos regulares. Entonces, Gisela optó por el CAM 62, ahora en el área laboral y con ayuda de la maestra directora y la titular del taller de Serigrafía, Alexis comenzó con sus pininos como diseñador en dicha  área.

Gisela dice que le agrada el trabajo con la maestra “Y”, porque al dar paso a la presencialidad, además de las jornadas de limpieza, el trabajo en equipo en la escuela, las normas de sana distancia y más; esta maestra hizo que las horas iniciales de 8:00 h. a 10:00 h. fueran atrapando el interés de Alexis, así después se incrementó 30 minutos y cuando menos lo esperaban el horario llegó hasta las 16:00 horas.

Quizá la maestra “Y” sabe del tema, tal vez llega temprano, puede ser que sea empática, no falte o trate a los alumnos como personas, confíe en sus talentos, incluso tenga altas expectativas de ellos, es humana; o como dicen Alexis y Gisela, es sencillamente “una buena maestra”; que tras sus acciones, hace un llamamiento, un exhorto,  una invitación a ver en todos los jóvenes como Alexis; la majestuosidad, de eso  que pueden hacer con sus manos, con su inspiración y con confianza.

Gisela comparte que, aunque no sabe de las tareas del ser maestro, se percata la maestra “Y” se organiza para dar la clase; es decir, existe una planificación -posiblemente una planeación estratégica-, la cual, en conjunto con el Programa Escolar de Mejora Continua, de manera articulada posee metas claras para que Alexis y sus compañeros en esta presencialidad conquisten sus sueños, aprendan y hasta asistan a eventos como la 3ra. Expo de Formación Laboral organizada por el Departamento de Educación Especial del Valle de México.

Aunque el presente ciclo escolar está próximo a culminar, el trabajo en la presencialidad en el CAM No. 62, puede catalogarse como “reto superado”, Alexis, sabe que no está en la secundaria, entiende que la formación recibida no es tan académica como la preparatoria, pero que su base es sólida para ayudarle a ser un ciudadano productivo en un futuro.

Ciertamente, a veces se equivoca en los modelos y pone “Le Tequie” en ligar de “Le Terquie” (diseño para el local de uno de sus tíos), “¡me falla un poco la escritura y las matemáticas!” –dice Alexis–; pero Gisela y aquellos que lo ven, lo identifican diferente, con más seguridad en sus acciones y con elementos para emprender un negocio.

Aquí la maestra “Y” y Gisela han sido pieza clave; en casa y la escuela el discurso es de emprender, superarse, constancia, disciplina y mucha responsabilidad; los materiales se denominan por su nombre formal rótulos, acrílico, malla, técnicas de impresión, presupuesto y otras.

Se puede expresar que la nueva enseñanza tras la pandemia, está surtiendo efecto con maestros creativos, que innovan y transforman  -como la maestra “Y”-  y padres que se suman a la co–responsabilidad en educación como Gisela, además, el liderazgo transformacional presente en la escuela, enaltece la tarea de sus integrantes y la población que la conforman.

Tanto Gisela como Alexis, están a gusto en esta presencialidad, en la escuela se reconoce sus avances, tanto que ambos han recibido reconocimiento por su desempeño y compromiso. Hasta ahora, Alexis no sabe con exactitud si su vida estará enfocada a la serigrafía, Gisela desconoce qué traerá el futuro a Alexis, pero hoy, ambos saben que emprender y seguir es el camino porque ellos son líderes de su proyecto más importante: el ahora.

Historias como la de Alexis y Gisela, son el parteaguas para quienes ven la escuela como guardería o perdida de tiempo; es un escalón a seguir, seguir y seguir porque ya lo decía Nick Vujicic “entre más grande sea el desafío, mayor será el triunfo”; ayudemos a alumnos como Alexis a triunfar cada día.


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