Trayectorias escolares: “La importancia del acompañamiento al alumnado en su desempeño académico”

Mtra. Dolores Maribel Cantero Ramírez

Partiendo del objetivo del acompañamiento a los estudiantes en el cual se establece que, se deberá dar seguimiento a las acciones dentro y fuera del salón de clases, de tal forma que le sea fácil transitar dentro de la institución educativa sin dificultades que impidan el aprendizaje y lograr un buen término del mismo, es algo que difícilmente se logrará si se sigue viendo al docente como el único responsable de lograr dicho objetivo, como aquel que puede disminuir tato el porcentaje de deserción como el abandono escolar. Parece una labor fácil si se utilizan las estrategias adecuadas solo se invertirán tres años de trabajo y esfuerzo mutuo, pero si algo falla tardará hasta cinco años y en algunos casos no se obtendrán resultados.

Sin que se lea como queja no todos son capaces de verlo como una oportunidad y los que se atreven son vistos como entrometidos y metiches por defenderlos en alguna problemática causando enojo de los mismos compañeros de trabajo por lo que los que se comprometen son pocos e insuficientes para la gran población educativa y menos si se establece  dentro de un horario de clases con el nombre de tutoría iniciando con acciones informativas y luego llega a tal relevancia que puede ser confundida con la función que realizan sus padres y se continua de manera anónima cuando dentro de un compromiso real como docente sigue el interés por su aprendizaje motivándolo a entrar a sus clase y cumplir con sus tareas haciendo del acompañamiento una función casi imperceptible del docente realmente interesado por realizar lo mejor posible  su labor  fuera del salón de clases, esta puede ser realizada en el patio, cafetería o hasta en una jardinera como lugares favoritos de los estudiante, donde siempre entran en confianza o meditación de sus acciones.

Dichos lugares se vuelven cómplice de grandes revelaciones y el docente se vuelve confidente, consejero y hasta autoridad educativa si es necesario al regañarlo por su falta de compromiso y orientándolos de que hacer para no ser dados de baja, pero no todos lo hacen con el mismo entusiasmo y ganas de que ellos logren sus expectativas, hay quien lo ven como una carga extra en su trabajo del aula y lo desprecian o aún van más allá negándose por escrito a ser tutor, perdiéndose la gran experiencia de apoyar a los estudiantes, haciendo que se perciba como algo inútil por su falta de empatía hacia ellos quienes piden a gritos ser tomados en cuenta o simplemente ser escuchados.

Al iniciar la pandemia creí que el distanciamiento físico haría imposible el darle una atención adecuada a cada uno de los estudiantes que tuvimos que dejar intempestivamente y que esa actividad solo podría ser realizada de manera presencial con la intimidad que dan las paredes de un salón de clase, pero no; descubrí que cada docente puede serlo en cualquier lugar, siempre y cuando logre transmitir aquella sensación de confianza e intimidad y hasta de complicidad, cuando el alumno quiere comentar algo que sabe que si lo escucharan sus padres se ganaría un regaño o una buena reprimenda.

Me costó mucho emocionalmente, el poder encontrar esos elementos que nos permiten realizar ese acompañamiento de un modo más efectivo, aquello que no está escrito pero que sabes que si lo realizas bien  lograras que los momento tan lleno de situaciones difíciles por la pandemia, familiares, económicos y emocionales puedan ser vividos desde otra perspectiva, aquella que le permita encontrar una situación de aprendizaje y hasta de oportunidad, de disfrutar lo que está experimentado desde su  propia intimidad , sin embargo no creo haber hecho nada diferente a lo que hago en el salón.

Me gustaría describir algunas de mis acciones las cuales me llevaron tan sutilmente a la satisfacción, al escuchar de boca de los mismos estudiantes que, encontraron a quien expresar sus dudas, esas palabras de agradecimiento por haberlos escuchado, por sentir que el docente se preocupa por ellos, cuando cada inicio de clases les preguntaba cómo estaban, si se estaban cuidando o no y al terminar la sesión venían las mismas recomendaciones de cuidado obligatorio, de no salir, usar gel y sobretodo alimentarse bien, al principio una sesión de cincuenta minutos era extensa y había que terminar antes por la falta de participación, pero conforme se comenzaron a sentir escuchados las sesiones se alargaban y ya no era suficiente el tiempo para expresar sus necesidades o expresar su cansancio o hasta su gusto por el trabajo de clase, el que ellos te agradezcan por iniciar a tiempo las sesiones en línea o porque siempre les contestaste sus mensajes de classroom no debería ser algo extraordinario para ellos ya que para mí era solo realizar mi trabajo diario, pero lo fue y me di cuenta que para ellos era importante, que en el aislamiento tomaron otro valor las palabras y por increíble que parezca no todos cumplimos con lo que nos tocaba y entonces algo que en la enseñanza presencial es normal y poco visto, en el confinamiento fue apreciado por ellos.

Todo lo anterior me permite considerar que el estudiante se ve favorecido con un verdadero acompañamiento por parte de todos los involucrados en su proceso de aprendizaje pero el docente es quien hace que se lleve a cabo  haciendo que se sienta seguro de que los esfuerzos que realiza para mantenerse dentro de la institución son los adecuados y que si hay algo que no funciona tiene la confianza para poder expresarlo dirigiéndose a quien le brinda ese espacio para hacerlo, buscando siempre realizar ese círculo de comunicación que lleva a una escucha activa que le ofrecerá las mejores alternativas para lograr ser el mejor estudiante y al final del camino voltee hacia cualquiera de sus dos lados y sienta la necesidad de agradecer a quien sabe estará lleno de orgullo por su triunfo sus maestros.

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