Dr. Jorge Gutierrez Alfonzo
El papá del maestro Alfonso Monterrosa está por cumplir 13 años de haberse jubilado. Después de 50 años de servicio en el magisterio, llegó el momento de decir adiós a los salones que por más de 30 años fueron su segundo hogar, esos salones en donde estuvieron sus hijos, sus cuñados, sobrinos y sus nietas. No quería alejarse de las aulas, sentía que podía dar unos cinco años más, sin que le importara la deficiencia visual que, por no ser atendida a tiempo, se fue acentuando, y todo por no dejar sin clases a sus alumnos. La llegada de la tecnología al proceso educativo fue uno de los motivos por lo que decidió retirarse, acostumbrado a su máquina mecánica; él, quien estaba a la vanguardia en el asunto de las máquinas, tenía una portátil y una de carro grande; él, quien aplicó la tecnología de su tiempo en las aulas, cuando en el mimeógrafo reproducía la batería de pruebas para los alumnos, compraba la caja completa de papel esténcil para tener listo el material y llevarlo a la escuela cuando así estaba programado. Él, quien estaba acostumbrado a enseñar y a educar, que no permitía la entrada tarde al salón de clases, que no permitía el uso de gorras dentro del salón de clases y que la disciplina era lo que imperaba en el espacio destinado a recibir los conocimientos. Todo un gran maestro, reconocido por su buena labor y responsabilidad dentro de la institución educativa de la cual fue fundador.
Uno de los retos en la actualidad, en el proceso educativo, sigue siendo el uso de la tecnología, esta tecnología que no sólo es digitalizar documentos y escribir en la computadora, sino la que tiene que ver con utilizar los diferentes softwares para realizar actividades lúdicas y que, se dice, ayudan a que se logre la educación, los diferentes softwares que favorecen el trabajo a distancia cuando se presenta alguna contingencia. El reto sigue siendo que la Secretaría de Educación le apueste a esa tecnología y la contrate para todos los docentes. Existen dos grandes empresas que ofrecen ese servicio, con cualquiera de las dos se puede trabajar de manera conjunta; de lograrse esa contratación, se facilitaría que los directivos dieran seguimiento puntual a los alumnos matriculados. Es más, podría contratarse todo el paquete didáctico que esas empresas han producido, con el dispositivo que sea exclusivamente para fines escolares, que no se puedan instalar juegos ni otros programas que no tengan que ver con lo formativo. Quizás esto podría ayudar a que se enfrente otro reto que se tiene en la docencia: la transversalidad de los contenidos para la realización de proyectos que impacten en la comunidad, y con los que se enlace lo aprendido en las aulas, lo analizado en la escuela y lo que es útil en la comunidad, una integración que en estos tiempos no se vislumbra y que no se puede alcanzar por que los docentes no están interesados en capacitarse por medio de los cursos y diplomados que ofrece la Coordinación Sectorial de Fortalecimiento Académico (COSFAC). Y es que, como se indica en el meme que navega en Facebook, los maestros son los trabajadores que planean antes de trabajar, llegan al trabajo a aplicar lo proyectado y en la tarde evalúan lo trazado. Además de lo diseñado y lo que ello implica, hay que emplear tiempo en esos cursos y diplomados que se ofrecen de septiembre a noviembre; realmente, la labor del docente excede el tiempo completo. Prepara, hace y evalúa. Si lo anterior no fuera suficiente, otro reto al que se enfrenta el docente es el proceso administrativo que tiene que realizar. Las estadísticas, las evidencias de las actividades, llenar formatos. El profesor ya no se sabe a qué invertirle el tiempo extra que se le da a la docencia. Por experiencia, el catedrático se deja llevar por las exigencias de las circunstancias.
Planear antes de presentarse a clases es arar en tierra no cultivable, pues se está a expensas del examen de diagnóstico. El docente tiene que esperar los primeros días de clases para realizar la secuencia didáctica, pero es tan corto el plazo que se da para entregarla que muchas veces se planea con base en suposiciones, y al final, se hizo algo que no se lleva a cabo en el salón de clases. En el examen de diagnóstico se debe contestar las tres preguntas: ¿qué tengo que preguntar?, ¿cómo lo voy a preguntar? y ¿para qué se va a preguntar? Como mínimo, son tres actividades las que se tienen que realizar en cada tema expuesto: la de apertura, la de desarrollo y la de cierre; en cada una de éstas debe presentarse un producto, se debe tener evidencia y se debe contar con un instrumento de evaluación, el cual puede ser autoevaluación, coevaluación o heteroevaluación. Una vez que se diseñaron las actividades durante cada uno de los parciales se debe pensar qué tipo de evaluación se les dará: formativa, continua o sumativa. Todo esto debe estar escrito y debe ser entregado a las autoridades del plantel o debe ser colocado en la plataforma en los primeros días de clases. Una vez que se ha hecho la proyección, ésta debe materializarse en el salón de clases; durante su aplicación, se debe escribir el diario de clase o diario de campo. Se debe expresar las características y pormenores que se tuvieron en la puesta en marcha de las actividades. Posteriormente, se tiene que asentar una calificación que como ya se dijo puede ser formativa, continua o sumativa. Se menciona que cada tipo de evaluación debe responder a las tres preguntas del examen de diagnóstico.
La labor administrativa es el principal desafío ante el nuevo paradigma porque además de esta gestión, el docente debe colaborar con dos o más compañeros de trabajo. Toda esta tarea gravosa que se tiene que hacer se podría disminuir si se tuviera la oportunidad de recurrir a la tecnología, a, y ya de manera exagerada, la Inteligencia Artificial, con la cual se podría reducir la carga de trabajo porque solamente se tendría que grabar lo que se ejerció en clases y posteriormente se le pediría a la IA que hiciera el diario de campo. ¿Qué tan benéfico es utilizar esta IA? “¡Marina, realiza la planeación didáctica de pensamiento matemático II de acuerdo con las progresiones sugeridas!” Si el docente hace esta petición, está aceptando que en sus actividades ya no podrá pedir ensayos, resúmenes, investigaciones porque los propios alumnos podrían solicitar este tipo de materiales a la IA, y la pregunta sería ¿hasta dónde exigir un trabajo humanamente posible? ¿Cómo saber si el texto del alumno o la secuencia del docente lo hizo una persona de manera razonada, humana? Claro, el profesor aún está lejos de esta realidad. Son pocos los docentes que utilizan algunos programas de computación para llevar a cabo las secuencias, los cuales le sirven de apoyo en las clases diarias. Claro, el profesor tiene que pensar y tiene que escribir. El reto es volver a enseñar y a educar en el aula y en la escuela para que la sociedad en donde se viva sea de respeto y de convivencia sana. Que sea una sociedad de los siglos pasados. Que los docentes sean honrados como aquellos que dejaron historia en cada uno de los pueblos y ciudades de México.
El papá del maestro Alfonso Monterrosa le enseña a su bisnieto de un año de edad una de las medallas que se exhibe en la pared de la casa donde lleva viviendo más de 60 años; es una medalla con la que se reconoció su labor docente.
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