La educación y los jóvenes líquidos.

Students doing homework in the park

Mtro. José Calixto González Maldonado.

Antes de empezar, se aclara que esta idea surge dentro de los lineamientos de la “Modernidad Liquida” de Zigmund Bahuman (2003), cuando se habla de los alumnos líquidos se habla de un tipo de jóvenes que ya no tienen los mismos valores que se tuvieron hace relativamente poco, son jóvenes que se han vuelto líquidos, en un momento se hablara de los jóvenes líquidos y de por qué es el docente el que debe cambiar su estructura de pensamiento y no el estudiante, los docentes sólidos deben adaptarse a los jóvenes líquidos y entrar de lleno en las ordenes de la nueva modernidad. Esta modernidad es producto de la revolución tecnológica del siglo XXI, lo que provoca que los estudiantes tengan al alcance de su mano el conocimiento global, si algo no conocen entran a google y automáticamente conocen del  tema, es decir la globalización del conocimiento, le quita al docente tradicional es decir quien se pauta del conductismo, pierde mucho de su valor, es decir ya no puede ser el dueño del conocimiento, ya que el conocimiento lo sobrepasó.

El docente liquido por el contrario no se siente el dueño del conocimiento, ya que sabe que este está fuera de él, la pregunta que surge ¿qué les enseña entonces? Y la respuesta es simple los docentes deben mostrarles cómo pueden sacar el máximo provecho de la tecnología con la que cuentan, sin sentirse los amos del conocimiento, digamos se debe trabajar de forma retroalimentaría, yo se esto, pero no esto, por lo que ambos desarrollamos conocimiento mutuo, para lograr ver el conocimiento que acaba de adquirir como algo propio, del que lo defienda, porque los jóvenes líquidos defiende lo que es de ellos, más no lo que consideran ajenos, en la modernidad liquida, los jóvenes buscan sentirse dueños de sí mismos.

¿Qué son los tiempos líquidos? Son tiempos nuevos donde los patrones de conducta de las personas han cambiado, antes las personas estudiaban para lograr algo, un trabajo estable donde estuvieran por toda su vida laboral, desarrollar antigüedad y formar base de confianza de la misma empresa, el docente por su parte era el señor del conocimiento el que sabía  todo y por ende no debía ser cuestionado por otros, y que los iba a guiar por el camino del conocimiento. Hoy por el contrario no es así son tiempos líquidos el alumno ya no busca esa estabilidad laboral, digamos que no le gusta estar fijo en un lado, cual caudal de río no siempre es el mismo. Nuevas libertades generan nuevas maneras de pensar, nuevas tecnologías generan nuevas formas de adquirir conocimiento, si se unen entonces se tiene un nuevo modelo de conducta humana.

Los jóvenes líquidos reflejan este modelo de conducta:

  • Jóvenes fascinados por la tecnología, su interés está en el móvil de mayor capacidad.
  • No tienen una meta definida esta se define y cambia constantemente
  • Los proyectos de vida se basan más en los cambios que en la estabilidad.
  • Son consumistas, tienen una cultura de compra-venta.
  • Sus intereses en general no son formar una familia y estabilizarse, sino conservar su libertad el mayor tiempo posible.
  • Les gusta sentirse dueños de su vida, por ende de todo lo que ello implique incluso el conocimiento.

Por su parte, el docente en los tiempos líquidos ha de cumplir los siguientes puntos básicos:

  • Tener y mostrar conocimiento de los nuevos recursos tecnológicos.
  • Generar los aprendizajes de tal forma que el estudiante se sienta dueño de su conocimiento.
  • Mostrarles diversas perspectivas del mundo, para que vean lo que está más allá de la sociedad de consumo.

Solo con el desarrollo de esos tres puntos el docente podrá caminar por el mundo de los jóvenes líquidos, por ello los docentes deben pasar por un proceso que se puede considerar una licuefacción (un proceso físico y geológico donde un conjunto de tierra se comienza a convertir en líquido), para de esa manera el docente adaptarse al nuevo modelo de conducta de los jóvenes, claro, sin pasarse por que puede llegar a un punto en que el docente quiera ser como los jóvenes, y perder el punto de equilibrio entre lo sólido y lo líquido, ese es el punto de inflexión, si el docente se deja llevar por la corriente, deja de ser un docente, para estar al nivel de un joven. El docente debe mantener un pie dentro del río para conocerlos y uno fuera para no dejarse llevar, porque el docente es el guía, no el amo del conocimiento.

La calidad educativa en el siglo XXI, se sustenta en entender cuáles son las transformaciones socioculturales, por la que los jóvenes atraviesan, ya que la calidad está más allá en visualizar los tiempos en los que los jóvenes líquidos pertenecen.

Mtro. José Calixto González Maldonado

kalixtogonzalez@gmail.com

  • Maestro en Innovación y Gestión Educativa, por el Centro de Estudios Universitarios de Occidente
  • Licenciado en Sociología por la Universidad en Guadalajara

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