Educación y virtualidad: Percepciones y emociones de los estudiantes en tiempos de pandemia.

Dra. Evangelina Cruz Barba

Las condiciones de la pandemia -con clases virtuales- han trastocado distintos escenarios y condiciones vinculadas a los aprendizajes y a la vida cotidiana de los estudiantes. El confinamiento en casa ha representado para los jóvenes universitarios una alteración a las dinámicas de los espacios privados, pues estos lugares fueron habilitados como sitios de estudio. Esto se combinó con el espacio para los padres de familia que se transformaron en el lugar del “home-office”, lo que llevo a dificultar las dinámicas de interacción en el hogar.

Existe bastante literatura científica al respecto con hallazgos significativos. Vijayan (2021) brinda un panorama general de los principales desafíos educativos en tiempos de pandemia. El autor toma en consideración una revisión sistemática de 3461 trabajos científicos y, al clasificar dicha literatura, da una aproximación de los desafíos en cuatro temáticas. Primero, la preocupación por la brecha digital, y cómo esta obstaculiza la educación en mayor medida a los países de ingresos medianos y bajos. Segundo, el proceso de adaptación al aprendizaje virtual y acceso a internet entre universidades y el profesorado, con sesiones que utilizan principalmente Microsoft Teams, Google Classroom, Zoom y Blackboard. Tercero, el tema de evidencias empíricas de escuelas y maestros sobre la experiencia de enseñanza y aprendizaje con énfasis en el impacto de la capacitación médica y de enfermería. Cuarto, evidencias de cómo el COVID-19 y el aprendizaje electrónico afectaron la ansiedad y el nivel de estrés de los estudiantes.

Tomando en cuenta esta cuarta temática, a partir de la teoría de las emociones  de Vygotsky, se enfatiza que las emociones difieren y se matizan indefinidamente en los estudiantes. Por tanto, quienes estamos en la labor docente, sabemos la importancia que tiene el sentir de nuestros estudiantes, porque las emociones son nuestros impulsos para actuar en cualquier ámbito, y especialmente en la educación. El comprender las emociones que se generan en el proceso de enseñanza-aprendizaje nos ayuda identificar cómo los estudiantes negocian sus límites entre los recursos disponibles en el hogar y sus propios recursos personales. En este sentido, las emociones que manifiestan nuestros estudiantes nos proporciona información valiosa para que nosotros como profesores tomemos medidas en pro de una mejora de la educación.

Por lo anterior, a partir del COVID-19, el tema de las emociones merece una atención especial. Al respecto, Cruz-Barba (2022) muestra evidencia, en específico de universidades públicas en México, e identifica cierto equilibrio entre las ventajas y desventajas asociadas a las emociones en la educación en línea. Entre las ventajas, se destacan emociones positivas que alentaron la autogestión del aprendizaje al ahorrar tiempo y/o dinero. Sin embargo, las desventajas están asociadas a la falta de apoyos en general; la limitación de acceso y disponibilidad a herramientas tecnológicas, que conlleva a las emociones negativas -como tristeza y desesperanza-, y que propicia un sentimiento de soledad porque no están aprendiendo nada en esta nueva experiencia educativa.

Las emociones en la enseñanza -en línea o presencial- son un factor importante para los estudiantes, porque impacta en la motivación de aprendizaje, la autorregulación, las habilidades de un aprendizaje permanente y el rendimiento académico. Los estudiantes deben movilizar sus recursos personales junto con el apoyo de sus compañeros y familiares para cumplir con las tareas propuestas por el docente, que en algunos casos, por falta de instrucción en tecnologías de los mismos profesores, repercutió en una ausencia de retroalimentación hacia el estudiante.

Se reconoce que la actitud que los estudiantes universitarios frente a la instrucción en línea está diferenciada entre aquellos alumnos que tienen experiencia previa de haber tomado cursos en línea, y aquellos que no estan preparados para esta modalidad. Estos últimos no cuentan con los recursos pedagógicos indicados, por tanto perciben que es mejor la educación presencial. Por ello, sus emociones en tiempos de pandemia se expresan en sensación de frustración ante clases virtuales con poca interacción. De ahí que, dentro de los desafíos que la pandemia ha traído en el ámbito educativo, se encuentra el referente a las dinámicas de conformación grupal. Con la virtualidad esto se ha trastocado.

En un escenario optimista, podemos identificar que el uso de whatsapp ha sido una forma de ir conociéndose, además del uso de emoticones, frases, imágenes y otros recursos sirvieron para ir construyendo un sentido de grupalidad para percibir un vínculo que los haga sentir que lo que estudian es relevante, y que no solo están cumpliendo tareas y entregando trabajos.

Al transcurrir el tiempo, después de casi dos años, es positivo como porfesores y alumnos mejoraron sus habilidades en el manejo de plataformas y recursos tecnológicos, además se impulsó el aprendizaje autodidacta. Ahora con los modelos híbridos, todo esta experiencia de pandemia, ya documentada por muchos autores, tiene implicaciones prácticas, esto es, se considera que existe una mejor preparación de los profesores en el uso de las tecnologías y planeación del proceso de enseñanza-aprendizaje híbrido.

Para construir el modelo híbrido, se debe de valorar los tiempos y espacios académicos para el desarrollo de una grupalidad, de sentirse acompañado para combatir las previas situaciones de estrés y frustración según muestran algunas investigaciones científicas. Además de lo anterior, se debe considerar las dinámicas sociales y psicosociales en los procesos educativos, ya que son de vital relevancia para la implementación de los modelos híbridos de educación. De igual forma se debe considerar los aspectos socioeconómicos que se traducen en acceso o no a los recursos para tomar las clases, o realizar las actividades escolares, y en casos más extremos, en contar o no con recursos para continuar con los estudios universitarios.

Referencias

Cruz-Barba, E. (2022). Higher Education Student Emotions: Empirical Evidence From Online Classes Given During the COVID-19 Pandemic. IJVPLE, vol.12, núm.1, pp.1-15. http://doi.org/10.4018/IJVPLE.2022010103

Vijayan R. (2021). Teaching and Learning during the COVID-19 Pandemic: A Topic Modeling Study. Education Sciences, vol.11, núm.7, pp. 347. https://doi.org/10.3390/educsci11070347

Vygotsky, L. (2004). Teoría de las emociones: Estudio histórico-psicológico. AKAL.

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