Lic. Gerardo E. Herrera Alba
De la información a la instrucción y de la instrucción a la formación.
Instalado en el delirio e intentando alejarme de la ironía, no puede vencer la tentación de jugar de nuevo con las palabras que dan título a este conato de escrito. Como se puede –tal vez- apreciar y en el peor de los casos adivinar, titulo como llamando a una canción, antaño recurrente que anima a los colores, sacando miedos con juegos de esperanza en los mundos motivacionales.
Jugando con una cierta contradicción de lo que es el saber y la motivación, podríamos decir que el saber puede motivar pero que la motivación no siempre invita al saber… y por eso mismo es prescindible para la adquisición de saberes. ¡Vamos a ver! El culturista puede realizar las mismas rutinas todos los días con menor o mayor motivación pero alcanzará los mismos resultados con o sin ésta manteniendo sólo una continuidad y constancia, aun quitando sus emociones… si se pudiera.
Las aulas, desde la perspectiva básica común, son nuestro gimnasio y tampoco voy a decir que no nos deberían de importar los sentimientos, emociones y motivaciones de nuestros educandos, pero… ¿qué pasaría si cargamos más las tintas –de nuevo- a la información?
La información o mensaje dentro de la educación es un flujo de datos que llevados de manera completa (método) en éste contexto se convierten en instrucción, obteniendo de manera esencial un primer aspecto del saber. Lo llevamos a cabo con pedagogía natural intuitiva o artística científica.
Cuando la instrucción se acompaña de la preocupación sensata de a quién se informa, haciéndole conciencia del uso ético de lo que se le da y conduciéndole a mejorar en su persona en este contexto se convierte en formación, obteniendo de manera complementaria un segundo aspecto del saber. Lo llevamos a cabo intentando guiarnos moralmente por una vocación docente que incluye un sentido casi perdido de su responsabilidad social. Esto es lo contrario a sólo “motivar”.
Luego, ¿qué saberes requiere el futuro?
Este proyecto de colaborador diría que dentro de lo informativo: gramática de la lengua madre o vehicular, métodos y técnicas de estudio y documentalismo. Dentro de lo formativo: autodidactismo, organización del tiempo y autocrítica.
Para saber mejor en el futuro y no sólo se sepa que se puede… sino que se pueda saber o mejor dicho, que se conciencie del ‘poder que se sabe’… ya que el que sabe, sabe y sí que es mejor saber.
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