Navego contra corriente o me dejo llevar

Dr. Jorge Gutierrez Alfonzo

El maestro Alfonso Monterrosa se encontró con su amigo, el químico, aquella tarde calurosa de abril. Él entraba a la escuela en el turno vespertino y el químico salía del turno matutino. Fue un saludo efímero, no existió mucho tiempo para platicar, sólo fue un saludo de manos y un cálido abrazo, el cual provocó que el maestro Alfonso recordara el momento cuando estaba en su apogeo el proceso para reformar la educación media superior. En ese entonces, en la cabecera municipal de la región fronteriza, estaban surgiendo las radiodifusoras piratas, que se agarraban del mote de “radios comunitarias” para invadir la frecuencia radial.

Fue el maestro Monterrosa quien le propuso al químico realizar un programa de radio de una hora cada semana, cuyo objetivo fuera platicar sobre lo que pretendía ser la RIEMS (Reforma Integral de la Educación Media Superior). Después de dos programas, en el tercero, se invitaron a los directores de las escuelas del nivel medio superior a dialogar sobre las ventajas y desventajas de implementar dicha reforma en esta región. Participaron tres directores en dos programas: el de la Preparatoria “Comalapa”, que en ese entonces tenía dos turnos con un solo director, el director del Cetis # 136 y el del Cobach que se encuentra en un ejido del municipio.  En el último programa se puso en la línea telefónica al director del nivel medio superior del estado; habló, con el lenguaje del personal directivo, de las políticas educativas: “El gobierno está dispuesto a apoyar al magisterio chiapaneco del nivel medio superior para lograr que se implemente la reforma educativa y que los alumnos salgan con las competencias que el mundo necesita”. El maestro Monterrosa no se acuerda por qué no se pudo establecer comunicación con el encargado de la DGTI en Chiapas, quien no se unió a este intercambio de ideas y mensajes sobre este cambio en la currícula del bachillerato.

Hoy salta a la mente del maestro la pregunta sobre si tendría el mismo impacto en la sociedad hablar sobre la nueva reforma educativa planteada por el gobierno en turno. ¿Estarían dispuestos los maestros y maestras, directores y directoras de los planteles del nivel medio superior a debatir sobre el rol del docente ante este reto?

Hoy que ya no sólo sería un programa de radio, sino toda una telaraña en redes sociales y que se alcanzaría zonas inimaginables, hasta donde las ondas hertzianas no llegan (así como dicen algunos locutores), ¿cuál sería la actitud del estudiante al ver a su maestro o maestra en las redes sociales? ¿Sería de burla, de alegría, de admiración? En la reforma anterior no se ponía el énfasis en el uso de la tecnología, se mencionaba ¡sí!, pero no como ahora que se hace referencia a una cultura digital, cultura que ya tienen los alumnos, cultura que ya tienen los docentes. ¿Pueden los docentes quitarse ese mal hábito de las redes sociales?

En promedio, una persona adulta utiliza cinco horas el teléfono celular; de ese tiempo, la mayor parte se invierte en redes sociales, las de mensajes de textos, videos y algunos audios. En esas redes sociales se pueden formar grupos, pueden ser de alumnos o de padres de familia. En el grupo de alumnos, las redes sociales servirían para enviar documentos, videos realizados por el docente o bien sobre una duda generalizada o en su defecto un audio con las indicaciones sobre determinada temática.

En la red social identificada con una f también se pueden formar grupos de alumnos o de padres de familia; por igual, se pueden colocar videos sobre temas expuestos o para aclarar una duda en general. Lo mismo puede hacerse en la red social cuyo símbolo es un ave. Hay otra red social que no es muy conocida por la comunidad estudiantil, es la de Telegram. Esta red ayuda un poco más al maestro para dar su clase o para aclarar dudas en la hora de contraturno; la ventaja de compartir pantalla hace que se pueda utilizar una pizarra electrónica y se vaya explicando ahí mismo; un mecanismo atractivo para ilustrar. Además, el video queda grabado si así se desea o así autorizan los interlocutores. La desventaja es que consume datos, no es un servicio ilimitado, situación que incomoda un poco a la comunidad estudiantil.

Existen otras redes sociales, pero se entiende que sólo son para subir fotografías y para colocar estados, falta indagar si se pueden ser útiles en el proceso educativo.

¿Cuántos maestros tienen canales de Youtube con información del nuevo modelo educativo? ¿Cuál es el proyecto que pensaron, con qué finalidad?

A los maestros y maestras que ya tienen un buen trecho del camino recorrido en la docencia se les dificulta el uso de las redes sociales con fines académicos; hay que recordar que fueron educados observando y haciendo. Mientras que no se le diga cómo hacerlo, al docente se le dificultará actuar, quizás se tiene que insistir para que lo haga, y cuando se le dice que lo haga porque ya se le ilustró, comienza a buscar pretextos que lo hacen no obtener material para las redes sociales.

Otra situación con la que tendría que lidiar la planta docente es con la idea, en algunos alumnos y algunos padres de familia, de que mediante la educación virtual no se aprende, que es mejor que los alumnos estén en el salón de clases, ahí sentados como se hace siempre, “como dios manda”, se dijera. Y claro, duro será pensar que algunos docentes tengan también esa idea y que sea ese el motivo para que no asuman un rol en las redes sociales como educadores virtuales. Si tienen ese pensamiento, los maestros y maestras deben cambiar de actitud, deben tomar otro rol en la nueva escuela mexicana, un rol doble. Primero como educador tradicional dentro del aula con estrategias presenciales; segundo, como educador moderno, como educador virtual utilizando actividades virtuales en aplicaciones para reforzar lo visto en clases.

Los alumnos y padres de familia se tienen que ir acostumbrando a estas nuevas maneras de educar: de lo presencial a lo virtual, con las dos. El uso del celular podrá ser el mismo, lo que va a cambiar es el uso de las aplicaciones y sus modalidades. Se pasará de una modalidad social a una modalidad educativa. Es necesario que la planta docente acepte ese cambio y que comience a navegar en contra de las ideas que impiden utilizar las redes sociales como una herramienta para la educación. Es necesario que se sume a los cursos ofrecidos para aprender a utilizar la tecnología en el aula, es necesario que asuma un rol de protagonista del cambio.

Un día, de manera imprevista, el maestro Alfonso no asistió a clases por motivos personales. Temprano, les avisó a sus alumnos que no asistiría a la escuela; con ayuda de los servicios de mensajería, empezó a mandar a cada uno de los grupos las indicaciones para la hora de clases. A dos grupos les pidió de favor que se reunieran en equipo y que obtuvieran los valores que se pedía en la antología. Al final de la clase debían mandar la foto del procedimiento y el resultado. A los otros dos grupos les envió un video del tema y a la par un cuestionario, mediante el mismo mensajero. El maestro no llegó por algo inesperado, pero sus alumnos no dejaron de obtener conocimientos sobre los temas expuestos hasta el momento. Él pensó que no le contestarían, que no harían caso, que se sentirían con el derecho de tener una hora libre, porque el maestro no estaría en el salón de clases.

Cuando empezó a recibir los mensajes con los resultados, se dio cuenta de lo valiosas que son las redes sociales en estos momentos. Ahora, al maestro le corresponde calificar de manera virtual, identificando los aciertos, los desaciertos, con colores diferentes, si lo desea, y enviarles de regreso a los alumnos las respuestas para que compartan la imagen con sus demás compañeros. La duda queda: ¿todos trabajaron y atendieron el tema? La duda queda: ¿lo obtenido fue producto del trabajo de los cinco alumnos integrantes de cada uno de los equipos? Ahora, toca el turno al docente para hablar sobre la honestidad, y esa exposición debe ser fortalecida con la plática familiar en casa por parte de los padres o tutores. El papel de los docentes en este momento debe ser el de una persona dispuesta al cambio, de una persona que quiere aprender para estar al nivel que están sus alumnos en el uso de las redes sociales.

¡Nadar contra corriente o dejarse llevar!

El maestro Alfonso Monterrosa piensa seriamente proponerle a su amigo, el químico, una nueva aventura.


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