Mirada en el horizonte

Dr. Jorge Gutiérrez Alfonzo

Marconi tiene la mirada puesta en el horizonte, ahí donde se juntan el agua salada y el cielo. No cabía en él que no hubiera ganado ningún lugar en el festival académico. Hace un año, obtuvo el segundo lugar. Todos estaban seguros de que este año el primer lugar sería para él. La asesora lo llamaba por su nombre —Ven marconi, ven a tomarte en el mar la foto del recuerdo. Él no tenía deseos. De mala gana fue para hacerse la foto. —Con pose, le decía la asesora.

El maestro Alfonso Monterrosa veía todo desde cierta distancia, ni tan cerca para interferir con el momento ni tan lejos como para no darse cuenta del rostro desencajado del alumno.

Piensa el maestro que quizá el grupo escolar donde está inscrito el alumno influyó para que él no tuviera una destacada participación, ese grupo que en días anteriores al evento académico protestaba porque estaba descompuesto el aire acondicionado del salón de clases. El maestro les explicaba que los papás de muchos de ellos, o tíos o familiares, habían estudiado ahí, años atrás, y que no tenían estas comodidades y que, sin embargo, se aplicaban en las clases.

Son varios factores los que hacen que exista más calor en estos tiempos. Uno de ellos, la cantidad de automotores; otro, la desforestación de la zona. Precisamente, les comentó, aquí, en la escuela, unos 10 árboles de cedro fueron talados; el motivo que justificó su derribo, la humedad que provocaban en los salones. Claro, eran muy frescas las aulas, pero las estructuras se estabas deteriorando. Es más, les dijo, hace un año estaba el árbol que daba sombra en el estacionamiento. ¿Cuál fue el motivo para derribarlo? Cada día se escuchaba como que se quebraba, y antes de que ocasionara un accidente se decidió tirarlo. En el salón de clases estaba la envoltura de una golosina. El maestro aprovechó para decirles que también ese tipo de material afecta al medio ambiente; se requiere un gran esfuerzo para destruirlo. Les pone el ejemplo del vehículo descompuesto y que para moverlo se tiene que empujar porque estorba en la vía. Y al moverlo, se hace un gran esfuerzo.

Marconi sigue con la mirada fija en el horizonte. Maya, la tutora, llega y le habla, le dice que debe superar el no haber ganado ningún lugar. Marconi contesta: —Ya no es eso, es esa basura que está en la playa. Es jueves y aún sigue ahí. Ya se avecina otro fin de semana y de seguro aumentará. ¿Por qué los humanos no somos empáticos con el medio ambiente? ¿Cuándo vamos a entender que necesitamos a la naturaleza para vivir?

La maestra de ecología ha propuesto separar la basura en los contenedores que se tienen en la escuela: plástico, aluminio, papel, unicel. ¿Cuántos alumnos, maestros y administrativos, realizaron ya la separación de la basura en su casa?

Marconi piensa que hay un eslabón suelto en la sociedad para tener un mundo mejor, un ambiente limpio, una armonía entre los integrantes de una comunidad. Nos venden la idea de la energía limpia sólo para que se consuma el producto al final del proceso. El consumo de energía eléctrica afecta al planeta. Mientras unas personas promueven el no uso de ese tipo de energía, otras personas instalan plantas para carros eléctricos. Además de alterar el medio ambiente, también se afecta a la sociedad al no estar en condiciones igualitarias, sin la posibilidad de adquirir un vehículo con esas características. Todos los inventos humanos han marcado diferencias sociales, desde los que tenían un radio receptor, después la tv, en seguida la tv a color, y así sucesivamente. Con cualquier invento, se acentúa la desigualdad social.

¿Cuál es la responsabilidad del sistema educativo en esta desigualdad social? ¿De qué forma, si existe un sistema educativo privado versus un sistema educativo del gobierno? En el primero, se impulsa una educación cuya meta es la formación del emprendedor, quien, por herencia, tiene donde aplicar su adiestramiento; en el segundo, se educa para ser partícipe con un emprendedor. ¿Qué actividades se deben realizar en la educación privada y en la educación proveniente del gobierno para tener realmente un desarrollo sostenible? ¿Cómo educar para alcanzar el bien común? Difícil solución para un país que es completamente consumista, en el que está por delante la satisfacción personal antes que la satisfacción comunitaria. Desde hace años nos vendieron la visión de que hay que aprovecharse del prójimo; no importan los otros, siempre y cuando la familia y el funcionario estén bien. Implementaron reformas para hacerse más ricos a los ricos, sin importar que los trabajadores no tengan estabilidad laboral, menos estabilidad económica.

Marconi quiere encontrar el eslabón que una a la sociedad en su conjunto. ¿Cuántos monstruos tendrá que derribar para lograr tal fin? ¿Cuál será la estrategia para asegurar un planeta y una sociedad sostenibles? Piensa Marconi que esos festivales académicos pudieran dañar a los alumnos que participan, perjudicarlos en virtud del lugar que obtengan en una competencia donde son aproximadamente 14 participantes. No deberían permitirlos, piensa, reflexiona y comenta en voz baja: ¿Y qué sucedería si no aprobara el examen de admisión en la escuela de gobierno? ¿Cómo podré pagar mis estudios en la universidad particular? ¿Tendré que trabajar y estudiar? ¿Existirá una organización en México que me sostenga en mis estudios y después, una vez que los haya terminado, trabajar con ellos? Marconi llega a la conclusión que deberían existir más actividades como las desarrolladas en el festival académico.

El maestro Alfonso Monterrosa y Marconi coinciden en el salón de clases. Comentan sobre los lugares obtenidos por la escuela en el festival académico. Primer lugar en Matemáticas; en comunicación, segundo lugar; en Biología, tercer lugar. Nos fue mejor que hace un año, exclama el maestro. Sí, dice Marconi. Su mirada sigue triste, se queda viendo hacia la montaña que está frente a la escuela, y comenta: —Ya está seco el cerro, ya hace falta que llueva. A lo mejor va a ser necesario bombardear las nubes, como lo hicieron en Ciudad de México. ¿Usted cree que habrá alguna consecuencia por esta acción?, le pregunta al maestro. Él tartamudea y sólo alcanza a decir que en la vida se aplica la tercera ley de Newton: ”A toda fuerza de acción existe una fuerza de reacción de la misma magnitud, pero en sentido contrario”. Marconi sonríe. Tal vez piensa que el maestro no supo contestar su pregunta. La sonrisa en su rostro desaparece y dice: —Quizá ese sea el eslabón que hay que colocar para tener una sociedad igualitaria y un planeta limpio— regresar a ser como éramos antes, sin que las cosas sean fáciles, que no se utilicen los congeladores para mantener la carne congelada, que mejor se ralee y se le ponga sal y se seque. Que no se usen automóviles para transportarse, que sea a pie o en bicicleta. Cambiar algunas acciones traería como consecuencia mejorar nuestra salud, incidir en nuestro planeta y en nuestra sociedad.

Marconi está dispuesto al cambio, piensa hacer carteles y dar pláticas para tener una sociedad sostenible.


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