Dr. Alejandro Rodríguez Rodríguez.
La nueva realidad pandemia está modificando el modo de entendernos en muchos aspectos de nuestra labor directiva y docente. Si antes pensábamos que las redes eran sólo distracción sin contenidos ni interés por una educación integral, hoy podemos afirmar que los influencers, gamers, youtubers, tiktokers, etc., son relevantes en el mundo virtual pues poseen estrategias pedagógicas y didácticas interesantes, aunque muchos de sus contenidos, sean cuestionables.
Te comparto algunas ideas y muchas preguntas frente a los nuevos “maestros” en la red observando su desenvolvimiento en las diversas plataformas:
- Identifican su nicho. Hay procesos cognitivos y metacognitivos en su labor de posicionarse con relevancia, además tienen una clara intencionalidad de impacto centrados en sus posibles seguidores. En el fondo pretenden personalización y pertinencia ¿podríamos decir lo mismo de nuestros actuales contenidos curriculares?
- Ellas y ellos eligen la mejor plataforma para que sea amigable con sus visitantes, genere la mejor experiencia de sus usuarios, les reporte flexibilidad, costos accesibles y presencia en las redes. Además, tienen conocimiento de los medios mejor valorados por sus fans para interacciones motivadas por el interés mutuo, hacen usan estrategias de cercanía a sus seguidores y se reinventan constantemente. En el fondo son conscientes de que la forma puede ser el fondo ¿Podríamos considerarnos directivos y docentes conscientes y activos en este proceso de elección de medios didácticos relevantes, interesantes y atractivos a nuestros estudiantes?
- Dan prioridad a los contenidos que quieren trasmitir. Se centran en minutos para entregar una idea fuerza, un consejo de vida, una micro enseñanza, una actividad como challenge. Quizá podamos cuestionar su calidad educativa, sus contenidos para la formación de la persona, la posible objetivación del individuo, los fines económicos o políticos en el uso de estos medios. Me parece que algo rescatable es la focalización de los contenidos a entregar, el importante factor emocional presente en ellos, la creatividad para hacer de un par de minutos el tiempo suficiente para impactar a quien decide recibir la propuesta ¿podemos asegurar que nuestras sesiones de clase se piensan de esta manera?
- Escuchan a su audiencia. Mucho del éxito y relevancia de su propuesta es que logran entender lo que su audiencia quiere al abrir canales de comunicación y estar en actitud de escucha y crítica constante. No se atemorizan al ser interpelados por aquellos que se interesan en lo que hacen. Considero que es importante hoy ser colaborativos no solo con los demás compañeros docentes o directivos, sino con los mismos estudiantes pues ellos tienen intereses legítimos, conocen fuentes de información en la red, comparan la calidad de nuestras clases con los materiales ya presentes en la red, se comunican entre ellos y valorar la relevancia de lo que entregamos como clase con lo que reciben en otras páginas que ellas y ellos han decidido seguir ¿son nuestras planeaciones resultado de un encuentro colaborativo con nuestros estudiantes?¿Cómo podemos afirmar que hemos superado la escuela y el maestro tradicional?
- Juegan con sus hashtags. El uso de hashtags les permite influir en los demás, sugerir opciones de mejora, motivar a otros a visitar esa página, adquirir algún bien o servicio, criticar lo que se ofrece, cargar en unas pocas palabras la emoción de algo que les afecta, crear una identidad en la red que pretende relevancia y presencia. Quizá no seamos generadores de hashtags ni tengamos eso como prioridad, pero me parece que conviene rescatar la parte socioemocional de esta actividad, la referencia intencionada a un producto o propuesta, la decisión de sugerir algo que puede ser de común interés ¿Podemos decir lo mismo de nuestras sesiones sincrónicas o asincrónicas? Si pidiéramos que nos asignaran los estudiantes un hashtag a nuestra presencia docente en la red ¿imaginas cuales podrían ser esos hashtags?
- Son consistentes. Algunos han etiquetado a las generaciones Centennial y Millenial como poco consistentes, como personas centradas en sí mismas y cuyas emociones suelen sostener sus compromisos pero si se descubren relevantes -por número de seguidores, por likes recibidos- se mantienen activos innovando pues saben que los intereses de los coetáneos suelen ser efímeros y emocionales. Lo anterior les provoca a ser creativos, consistentes en su empeño. Me parece que nuestra labor docente es consistente, pero requerirá sobreponerse a lo efímero y emocional de la atención e interés de nuestros alumnos ¿les educamos, a través de nuestro modelaje, en la consistencia de vida y profesión sustentadas en valores que hoy tanto se necesita?
- Colaboran con otros. Estos nuevos “maestros” tienen un nivel de conectividad impresionante, aunque pareciera que su nivel de colaboración es precario. Quizá su colaboración no es por los motivos más excelsos ni por las motivaciones más honestas y éticas, pero su apertura a los otros está presente y su involucramiento en causas comunes es real. Me pregunto si nosotros como docentes y directivos podemos decir lo mismo de nuestra colaboración con otros ¿podríamos afirmar con evidencias que generamos comunidades abiertas al aprendizaje continuo, multidisciplinar y siempre en proceso de construcción y reacomodo?
- Usan la versión beta. Practican el ensayo-error para hospedar y mejorar contenidos de interés para sus seguidores. Hacen uso de aplicaciones para mejoras y, si su presupuesto lo permite, recurren a expertos. Interesante que algunos docentes y directivos hemos usado el ensayo-error durante las primeras semanas de la pandemia, algunos mas tuvieron que re-aprender el uso de plataformas y oros pocos recurrieron a expertos. Un trabajo común con metas diferentes, un aprendizaje en versión beta –constante construcción– ¿nuestras sesiones se mantienen en versión beta? ¿Hacemos de la clase una experiencia de microproyectos con fines claros y procesos de aprendizaje colaborativo?
- Dan alojamiento a otros en su fanpage y portales. Saben que ellas o ella pueden ser promotores de otros que apenas inician el camino. Además, entienden que deben ser autosustentables para poder permanecer en la red. No encuentran dificultad en permitir sponsors en sus espacios y entienden un posible ganar-ganar ¿qué cambiaría si hacemos de nuestra sesión de clase una interacción con otros agentes sociales que, tangencialmente, inciden en la formación y ejercicio de la ciudadanía de nuestros estudiantes?
- Trasmiten en vivo y responden a sus fans. La espontaneidad y la posibilidad de mostrarse humanos en las redes permiten espacios de democratización y encuentro de persona real a persona real. Interactúan por intereses comunes y con fines particulares, utilizan las plataformas como medios y hacen de lo virtual un espacio “real” de interacción. Preguntan y responden, cuestionan y dejan preguntas abiertas. Quizá los motivos y fines no sean intencionadamente formativos, pero logran una interacción con sensación no masificada y una experiencia “real” en espacios “virtuales” que bien podrían enriquecer la labor de acompañamiento docente y liderazgo directivo en las redes y a través de ellas ¿nuestras sesiones sincrónicas son experiencias de encuentro entre personas “reales”?
Con base en este boceto de los “maestros” con nuevas pedagogías, considero que en el ámbito educativo formal se avecina una fase más creativa, más compleja, más provocadora. Al inicio de clases muchos maestros estamos motivados, sabemos que los alumnos aprenden de los nuevos “maestros” y COVID-19 nos ha permitido entender que la adaptación posibilita “Otra Escuela” a pesar de las inequidades, desabastos, confusiones, desventajas o emociones de una escuela afectada por políticas educativas y actores políticos quienes se muestran incapaces de responder a una nueva normalidad con una educación relevante, pertinente e innovadora.
Referencias
Rodríguez, A. (2020). Educadores líderes desde un enfoque Preventivo. IMGRA.
Rodríguez, A. (2020). Educar en la Nueva Normalidad. Colección de Escritos. Institute of Salesian Studies.
Rodríguez, A. y Sánchez, S.G. (2020). Ser Preventivo en 15 acciones. IMGRA.
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