La nueva reforma educativa en México

Diego Díaz

El inicio de este ciclo escolar para los niveles de educación básica está marcado por la propuesta de reforma educativa que se comenzará a emplear en algunas escuelas del país como prueba piloto en el primer año de preescolar, primaria y secundaria.

A grandes rasgos, esta reforma educativa se basa en la revisión de los contenidos educativos propuestos anteriormente y que servían de guía de la labor docente y el proceso formativo de los estudiantes. Los nuevos postulados buscan que la educación se contextualice al entorno de los estudiantes y sea correspondiente con sus necesidades, asimismo, propone diferentes tipos de evaluación, que implican un gran reto para todos los docentes.

Si bien, hay una falta de información importante respecto a varios temas y metodologías de esta nueva propuesta educativa; en los primeros planteamientos que conocemos, muchos de ellos se basan en el desarrollo de valores como la integridad, equidad, honestidad, responsabilidad y el compromiso, entre algunos más. Al mismo tiempo, se busca combatir la discriminación y la violencia hacia la mujer mediante la erradicación de estereotipos. Algunas de estas ideas no son nuevas, parecen en primera instancia que están basadas en modelos anteriores; no obstante, algo “novedoso” que encuentro en este nuevo proyecto educativo es la propuesta de una educación decolonial.

La educación decolonial como mexicanos y latinoamericanos es necesaria; desarrollar el pensamiento crítico fuera de las lógicas coloniales es fundamental para el desarrollo de sujetos críticos y conocedores de su contexto pasado y actual.

Este tipo de propuesta educativa promueve romper con la colonialidad[i] impuesta en la educación, y las visiones eurocéntricas que están impuestas como modelos en la sociedad. La colonialidad es el resultado de años de colonialismo europeo y estadounidense en América Latina, el cual ha moldeado nuestras relaciones de cualquier tipo y nuestras concepciones del mundo.

Perfilar la educación desde los postulados decoloniales permite dialogar con otros puntos de vista culturales, sociales, étnicos, raciales y de género; criticar el eurocentrismo, el capitalismo, la modernidad, la ideas de desarrollo, así como reconstruir nuestra historia y apreciar la diversidad cultural que existe en nuestro país con la intención de crear un sentido de comunidad que facilite el desarrollo una sociedad más equitativa y justa, la cual revalorice a los pueblos, a las mujeres, las clases sociales y los diferentes grupos que la componen.

La crítica a la colonialidad en la educación elemental llevará a repensar nuestra historia sin romantizar la invasión española, ni idealizar la identidad mexicana actual; de igual forma, nos permitirá conocer que el colonialismo, por el cual fuimos sometidos durante siglos, trajo consecuencias graves y negativas que siguen impregnadas en la sociedad actual como el racismo y la colonialidad del género[ii].

La educación decolonial tiene el objetivo de crear sujetos con nuevas perspectivas de estar en el mundo; formar personas que se reconozcan capaces de construir conocimiento propio basado en su historia y su experiencia, así como formar una sociedad alejada de los modelos coloniales impuestos.

Para implementar este tipo de educación habrá que esperar una buena capacitación que nos ayude a los docentes a decolonizarnos, desaprender algunos saberes y conocer nuevos enfoques; habrá también que repensar nuestra práctica docente y en el planteamiento de las temáticas dentro de las aulas.

¿Lograremos los profesores transmitir estas ideas a corto plazo? ¿La nueva propuesta educativa dará lineamientos más claros de cómo hacerlo? Son interrogantes aún sin respuesta; tendremos que esperar a los siguientes meses para saber cómo lo podemos hacer y conocer de manera más clara éste y otros objetivos de la reforma educativa; en tanto nos llegan las respuestas, valdría la pena pensar estos temas en nuestra labor docente.


Referencias

[i] Para profundizar más en el tema revisar los textos de Walter Mignolo y Aníbal Quijano.

[ii] Para profundizar en esta idea revisar textos de María Lugones.


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