La calidad en la educación desde el aula.

Dr. Felipe Antonio Fernández Canul.

La educación en su devenir por la humanidad ha tenido, como cualquier situación, altas y bajas, sin embargo, se ha mantenido, se mantiene y se mantendrá por permanecer vigente dentro de las sociedades que la consideren como un soporte para construirse. Durante mucho tiempo se le ha exigido a la educación ser de calidad, no obstante, dentro de las aulas, desde una perspectiva muy cercana a la realidad, la educación es funcional porque genera, mediante la práctica docente, oportunidades en aquellos que, en un momento específico perdieron su interés por aprender y crecer.

Pero si tratamos de comprender la calidad en la educación desde una perspectiva más ajena a ella, nos encontramos que su funcionalidad dependerá de muchos otros factores, perdiendo en un primer momento, la relación significativa entre el maestro y el alumno, por lo que empieza a girar en otros tenores su medición para llegar a ser catalogada como de calidad. En este sentido, la calidad dependerá en gran parte de los parámetros que se establezcan para el fortalecimiento de las condiciones ambientales que favorezcan del proceso de enseñanza y aprendizaje, muchos de ellos complementarios al proceso mismo de enseñar y aprender.

En una comparación entre escuelas de tipo urbana y rural, el término calidad dependerá de la obtención de resultados favorables al aprendizaje más no de las condiciones en que se encuentre la infraestructura del edificio, no bastará que ambas construyan condiciones para encauzarla a las vías de la calidad si bien, éstas no se reflejan en la transformación de las realidades próximas de los alumnos y alumnas que integran la comunidad escolar.

En los últimos tiempos, se atienden factores complementarios a la educación como medio para fortalecerla y de esta forma, sin embargo, no basta con priorizarlas sino se tienen claros los objetivos que se quieren lograr, en este sentido, la relatividad de la calidad es proporcional a la importancia que se le considere al maestro frente a grupo, pues es él quien, desde su trinchera, siente la necesidad de aquellos factores que se requieren fortalecer así como también identifica cómo y para qué hacerlo. Si bien es cierto que muchos factores externos tienen que ver con la calidad, también es cierto, que el maestro frente a grupo es la figura mediadora entre lo que el Plan y programas de estudio exige y lo que la realidad requiere.

En este tenor, la calidad educativa debe estudiarse y entenderse, en un primer momento de manera deductiva, es decir, partir de un principio general para llegar a un principio particular y con base a ello, en un segundo momento, analizar ese principio particular a fin de originar uno general ya que el término calidad no puede estandarizarse cuando las condiciones en que se encuentran las escuelas distan mucho de ser parecidas. Construir los elementos o los factores que pueden ser considerados para fijar la postura de calidad dependerá en gran medida de las políticas educativas que se vayan generando a partir de las diferentes realidades escolares.

Optar por la calidad en la educación es una forma de poner en el centro de atención la importancia que tiene, como generadora de oportunidades, dentro de la sociedad, ya que en la medida en que ofrezca un mejor servicio a la comunidad, su función social se revalorizará, pues en los últimos tiempos, a pesar de los esfuerzos realizados, la percepción hacia ella no es lo esperado, es decir, aún no es la que en tiempos anteriores se tuvo. Es una constante que los tiempos, las necesidades y los intereses cambian, sin embargo, la educación, sus fines y sus orígenes deben seguir vigentes ya que es la vía idónea para adaptarse y sobrevivir a los tiempos venideros. Así pues, la educación de calidad no es equivalente a la calidad en la educación, la primera hace mención a los factores internos que el maestro frente a grupo puede implementar dentro de sus prácticas docentes para lograr aprendizajes significativos y la segunda, prioriza los factores externos que pueden contribuir a crear las condiciones favorables, dentro de un espacio determinado, para la comodidad del sujeto que aprende, en este caso particular, la escuela y el aula.

En tiempos pasados, bastaba una tiza, un pizarrón verde, la disciplina y las ganas de aprender para lograr una educación de calidad, actualmente a pesar de los esfuerzos realizados por la calidad educativa de mejorar las condiciones de los espacios para fortalecer los procesos de enseñanza y aprendizaje, los resultados no son los esperados ni mucho menos si se comparan con generaciones pasadas. Ante ello, es necesario redefinir, redireccionar y revalorizar qué es lo quiere, cómo se quiere, por qué y para qué se quiere como medio para clarificar y dar lucidez a las nuevas maneras de conceptualizar la educación ante las exigencias que se manifiestan en los diferentes momentos históricos en que se pretende analizar.

La educación cada día debe ser más significativa dentro de la sociedad ya que ella dependerá, en gran medida, en la construcción de nuevas oportunidades, así como la posible adopción y adaptación a nuevas formas de relacionarse con el otro. La calidad en la educación versará en los resultados obtenidos en un ciclo, tiempo o espacio determinado ya que los cambios sociales también impactan en la forma de comprender, analizar y reflexionar sobre ella.

En este mismo orden de ideas, es importante priorizar tanto los factores internos y externos que contribuyen al desarrollo integral del sujeto que aprende y que forma parte de una institución educativa, es decir, si bien es fundamental formar al docente en conocimientos, habilidades, actitudes y valores que fortalezcan su práctica docente, también es importante generar las condiciones necesarias que brinden un espacio que cubra las mínimas necesidades básicas, por ejemplo, aulas con un mobiliario en buenas condiciones, energía eléctrica, agua potable, sanitarios adecuados y adaptados en tamaño a las características comunes de los alumnos de la escuela así como áreas recreativas que no expongan su integridad.

Por último, revalorizar el trabajo del maestro frente a grupo puede generar conexiones positivas en las relaciones que se construyan desde el aula, despertando así, el interés y motivación hacia el aprendizaje, un aprendizaje significativo que puede ser una de las vías que conduzcan a la educación a la calidad; el esfuerzo es de todos y el beneficio para todos.

Dr. Felipe Antonio Fernández Canul

felipefernandezcanul@gmail.com

  • Post doctorado en Educación.
  • Especialidad en Evaluación educativa.
  • Doctorado en Educación Humanista.
  • Maestría en Ciencias de la Educación.
  • Licenciado en Educación Primaria.
  • Licenciado en Derecho.
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