Dr. Jorge Gutiérrez Alfonzo
Si bien es cierto que una mujer estará al frente del gobierno, tal parece que en educación se seguirá con el mismo rumbo que se marcó hace tiempo. El día de su toma de protesta, la mandataria indicó que continuará con la Nueva Escuela Mexicana con tal de lograr una educación humanista. Para mejorar, hay que visualizar los errores que se cometieron y en los que no debe incurrirse nuevamente si se desea alcanzar una educación que ayude al pueblo de México a ser un país con jóvenes exitosos, con familias exitosas y con un gobierno exitoso. Por lo tanto, se debe analizar quién rige los destinos de la educación.
Durante el sexenio anterior, estuvieron en el despacho de la Secretaría de Educación Pública tres personas; la que más tiempo se mantuvo en el cargo lo hizo por tres años. No se puede ser diligente si no se permanece en una función con una muestra clara del interés que se tiene en la educación. Se vendió la idea de que el primer secretario tenía experiencia en la educación particular porque había estado muchos años en una institución privada. Nunca se expuso su plan de trabajo. De su salida nada se supo. La persona que lo sustituyó sólo estaría mientras se acomodaban los hilos de la política que la convertirían en gobernadora, bueno, primero, en candidata a gobernadora. Y la última persona, cuando le preguntaron sobre la nueva manera de enseñar, por lo menos lo que se pretendía en su momento, no supo contestar. Según esto, aún no conocía en qué consistía su labor.
Como se puede observar, no hay un compromiso de trabajo con la educación. Puede ser titular de la dependencia el que quiera —así como pretendían en la época de Peña Nieto—. De igual forma, daría clases cualquier persona que quisiera y tuviera escasos estudios para estar ahí. Nada se habla de la vocación para conducir el sistema educativo o para enseñar. Y mientras sea así, la educación en México no va a mejorar.
Da inicio un nuevo gobierno. Las expectativas de que se eleve la calidad de la educación no se vislumbran de buena manera, en virtud de que como titular de la dependencia no es un académico o un investigador en educación. Nuevamente, se trata de un personaje de la política inmiscuido en cuestiones académicas; al parecer, ni idea tiene de estar frente a un grupo de personas para que ilustre un tema. ¿Cuá es el principal objetivo de quién encabeza la dependencia? ¿Un acto de venganza?
El primero de octubre del dos mil veinticuatro la primera presidenta de México expresó que va a desaparecer la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAM), organismo que fue creado para la contratación, promoción y permanencia del magisterio. La permanencia se anuló después de una larga lucha magisterial que costó la vida de varios maestros, una lucha magisterial de sólo cinco estados de la república que logró quitar lo punitivo de la reforma. La permanencia estaba sujeta a una evaluación, en donde no se tenía derecho a revisión del examen y se condicionaba el resultado a estar delante de un salón de clases.
El primero de octubre se volvió a escuchar la palabra permanencia. ¿Por qué condicionar el trabajo a un resultado de preguntas que no consideran contextos variados? ¿Por qué condicionar la continuidad a contestar situaciones sobre una teoría humanista?
Dentro de la educación básica, se tienen a lo largo y ancho de la república mexicana escuelas formadoras para cada uno de los niveles educativos. Si se quiere mejorar, ahí debe de comenzar el primer filtro. Ahí se debe corroborar la vocación hacia el magisterio. Los planes y programas de estudio deben contener el modelo educativo que desea el nuevo gobierno.
Hace 14 años se pretendía una educación integral basada en competencias; se habló que su puesta en marcha comprendería dos sexenios. Hace tres años, se cambió a una educación basada en progresiones. Se observa que cuando en las aulas de las escuelas formadoras terminan de capacitar a los nuevos docentes, estos ya no tienen suficiente tiempo para aplicar esos conocimientos en las aulas donde fueron asignados. El segundo filtro es el examen profesional; todo alumno que presente su investigación para titularse debe ser apto para tener una plaza, no debe estar sujeto a otro filtro para que se le asigne una plaza. ¡¡Ya no!!
En educación media superior y superior no se tienen escuelas formadoras; aquí, la preparación de produce de manera autónoma. En los últimos años, han existido espacios virtuales en los cuales se ofrecen cursos, una iniciativa privada, que no forma parte de la Secretaría de Educación. Ni para los maestros interinos se brindan cursos en las plataformas oficiales.
Si se quiere mejorar en educación, fuera bueno que existiera un espacio para evaluar la vocación del candidato a la docencia, que no sólo recibiera cursos; es necesario que se tenga conocimiento de que realmente disfruta y desea estar frente a un grupo. Esta evaluación debería también ir acompañada de un examen psicológico. Estos dos aspectos serían un primer filtro para ser docente; el segundo filtro, un examen de conocimientos en su área, en su especialidad. Que con las preguntas se observe qué tanto sabe sobre la especialidad que desea impartir, en lugar de que las preguntas tengan que ver con la nueva metodología. Los maestros de este nivel deben tener una plaza de 40 horas, las que pueden dividirse en 20 horas frente a grupo y 20 horas para trabajos administrativos, labores que en algunos subniveles son excesivos para la cantidad de docentes asignados en una escuela y para la cantidad de maestros de base. No deberían existir escuelas con 14 maestros de base y 11 maestros interinos, ni que de los maestros de base sólo tres tengan 40 horas y que atiendan a más de 500 alumnos, ni que de los interinos solo uno esté contratado por 40 horas.
Para que haya una buena educación se debe disponer de un sólido recurso humano en la escuela, sin que importe dónde ésta se ubique. La educación de calidad debe estar disponible para todos. Se pregona en las altas esferas que no debe existir discriminación, la cual se produce, como un claro ejemplo, al no contratar personal de base para una escuela que quizás por estar en la frontera sur no se le da la importancia que se merece.
La promoción es otro aspecto que en el nivel medio superior está estancado, por parte del gobierno estatal, y en el nivel federal lo están dando a cuentagotas.
Para que haya educación de calidad hay que invertir dinero. Y dinero en México hay, ya se vio. Las becas deben estar dirigidas hacia la educación, las cuales deben emplearse en útiles escolares. En Chiapas, se otorgaron una sola vez, fue cuando un partido de color verde se encontraba en el poder. La corrupción fue el principal motivo para que no funcionaran, luego quedaron en el olvido.
Si en la educación no existe continuidad, ni existe un proyecto educativo que por lo menos dure unos 20 años será difícil una mejora en la misma. Si en educación la permanencia de los maestros está sujeta a aspectos más laborales que académicos, no se saldrá del rezago educativo. Si no se atienden de manera eficiente las contrataciones con tal de se tengan los maestros a tiempo, seguiremos igual que en los otros gobiernos. Para una buena educación es necesaria la estabilidad laboral y económica.
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