Transformación de la Educación ante la pandemia por Covid-19

Mtra. Judith del Carmen Chan Vazquez

La pandemia por Covid-19 transformo no solo la manera en que vemos la salud y la vida, sino también transformo la educación de una manera apenas imaginable, ya que los hogares y la escuela se convirtieron en uno mismo por las medidas restrictivas que se establecieron en el momento más álgido de la dicha pandemia. Estas medidas terminan por iluminar la realidad de los muchos otros roles que la escuela ofrece además de lo académico. Ya que, para algunos, resulta ser una complicación incómoda, mientras que, para otros, la situación es aún más preocupante. En ciudades donde los estudiantes vienen de familias de bajos ingresos, llevar la escuela a casa significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas adecuadas, y mucho menos la tecnología o conectividad necesarias para el aprendizaje online.

En el caso de México, podemos reconocer el esfuerzo invaluable, en términos de oportunidades de aprendizaje, que la Secretaria de Educación Pública (SEP) emprendió de manera rápida y audaz en los distintos niveles educativos, con la intención de que el alumnado pudiera avanzar en su proceso formativo y, verdaderamente, hay que aplaudir la rápida respuesta de las autoridades educativas, así como los extraordinarios e intensos esfuerzos que los maestros, padres de familia y los mismos estudiantes pusieron en marcha.

Las escuelas que podían ofrecer una práctica académica virtual completa, con alumnos que contaba con sus propios dispositivos electrónicos, profesores que supieran cómo diseñar lecciones en línea funcionales y una cultura basada en el aprendizaje tecnológico, no fueron muchas. La realidad es que la mayoría de las escuelas, pero sobre todo las familias, no estaban preparadas para este cambio, y nos permitió reconocer que el acceso desigual a internet es tan sólo uno de los muchos problemas que enfrenta nuestro sistema educativo a nivel nacional.

La brecha digital continúa expandiéndose a medida que los estudiantes en sectores vulnerables siguen quedándose atrás en su aprendizaje. La pandemia ha transformado los contextos de implementación de las curriculas, no solo por el uso de plataformas y la necesidad de considerar condiciones diferentes a aquellas para las cuales las curriculas fueron diseñadas, sino también porque existen aprendizajes y competencias que cobran mayor relevancia en el actual contexto. Es preciso tomar una serie de decisiones y contar con recursos que desafían a los sistemas escolares, los centros educativos y los docentes. Tal es el caso de los ajustes y las priorizaciones curriculares y la contextualización necesaria para asegurar la pertinencia de los contenidos a la situación de emergencia que se sigue viviendo.

Es igualmente importante que en estos ajustes se prioricen las competencias y los valores que se han revelado como prioritarios en la actual coyuntura: la solidaridad, el aprendizaje autónomo, el cuidado propio y de otros, las competencias socioemocionales, la salud y la resiliencia, entre otros. Un aspecto controvertido y complejo se refiere a los criterios y enfoques para la toma de decisiones respecto a los aprendizajes prioritarios y la forma de realizar ajustes a la vida diaria. Una alternativa siempre será la lógica de la selección de aquellos contenidos más relevantes, que se priorizan sobre otros.

Otra perspectiva es integrar contenidos y objetivos de aprendizaje en núcleos temáticos interdisciplinarios que hagan posible abordar diversas asignaturas a la vez por medio de tópicos que resulten especialmente pertinentes y relevantes para el alumnado en el contexto actual, mediante metodologías de proyectos o investigaciones que permitan un abordaje integrado de los aprendizajes y que sea accesible para todos.

Lo más grave que ha sucedido en el ámbito educativo es que los alumnos han aprendido menos porque han dedicado pocas horas a las actividades de aprendizaje, especialmente aquellos que viven en contextos sociales desfavorecidos. Es preciso, por tanto, mejorar las condiciones para la enseñanza y ampliar los apoyos disponibles en las escuelas para asegurar una atención personalizada a todos los estudiantes, especialmente en aquellas que se enfrentan a mayores desafíos por la situación social del alumnado.

Considero que aún quedan algunas dudas y no es del todo posible determinar con certeza el impacto que tendrá está pandemia en la implementación curricular en los distintos grados de la enseñanza en todos los niveles educativos, pero debemos tomar en cuenta que se presentara aun más una profundización de las diferencias en lo referente a los logros de aprendizaje, debido a las desigualdades educativas imperantes y a un acceso desigual a la tecnología que se empleó y sigue empleándose para la educación partir de la pandemia por Covid-19. La pandemia como ya mencioné puso de manifiesto las desigualdades en la educación y en la sociedad. Será muy difícil reducirlas en el ámbito educativo si al mismo tiempo no se impulsan programas culturales y sociales que sean compensadores y redistributivos, además de que se propongan limitar las brechas existentes en la sociedad. Disminuir las desigualdades sociales es una garantía para avanzar en una mayor equidad educativa.


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