
Lic. Abigail Rodríguez Ramírez
Introducción
El desarrollo educativo enfrenta el gran desafío de formar ciudadanos capaces de analizar su entorno y contribuir al bienestar de su comunidad. Esta propuesta busca atender esta necesidad, proponiendo el enfoque educativo basado en el sentido crítico, humanista y comunitario, que forme individuos reflexivos a su entorno, con actuar ético y capaces de trabajar en colectivo para el bienestar social. Me ocuparé del caso de la enfermería, bajo la perspectiva de estos conceptos.
1.- Sentido Crítico
El pensamiento crítico es la capacidad de analizar, cuestionar y evaluar la información de manera objetiva, cuestionar su validez y tomar decisiones fundamentadas. En el ámbito educativo, este enfoque permite a los estudiantes desarrollar autonomía intelectual y evitar el aprendizaje mecánico, aceptación pasiva del conocimiento.
Elementos clave del sentido crítico
- Reflexión y análisis: Enseñar a los estudiantes a cuestionar fuentes, argumentos e ideologías (Ennis, 2011).
- Desarrollo de pensamiento lógico: Fomentar la argumentación y la resolución de problemas (Lipman,2003).
- Construcción de conocimiento: Promover el aprendizaje activo a través de debates, estudios de caso y proyectos investigativos (Paul & Elder, 2013).
Estrategias para fomentar el sentido crítico
- Método Socrático: Plantear preguntas abiertas para que los estudiantes analicen diferentes perspectivas.
- Aprendizaje basado en problemas: Resolver situaciones reales mediante el pensamiento crítico y el trabajo en equipo.
- Lectura analítica: incentiva la evaluación critica de textos y fuentes de información.
- Debates y discusiones: Promueve la confrontación de ideas y la construcción de argumentos fundamentados.
2.- Enfoque humanista
El enfoque humanista reconoce la importancia del desarrollo emocional y moral en el proceso educativo. Su objetivo es formar individuos con autoestima, valores y habilidades para la vida. El aprendizaje significativo ocurre cuando el individuo encuentra sentido en lo que aprende y se siente valorado dentro del entorno educativo.
Principios de la educación humanista
- Aprendizaje significativo: Relacionar los contenidos con la vida del estudiante (Ausubel, 1963).
- Desarrollo del potencial individual: Respetar los intereses y ritmos de aprendizaje de cada estudiante (Rogers, 1983).
- Ética y valores: Fomentar la responsabilidad, el respeto y la empatía en el proceso educativo (Goleman 1995).
Estrategias para aplicar el enfoque humanista
- Educación emocional: Implementar programas de inteligencia emocional para mejorar la gestión de emociones.
- Aprendizaje basado en proyectos: Facilita la exploración y creatividad del estudiante.
- Metodologías activas: Gamificación aprendizaje experimental y cooperación fortalecen el sentido de pertenencia.
Educación comunitaria
El compromiso comunitario en la educación fortalece la conexión entre la escuela y la sociedad, promoviendo la participación activa en la solución de problemas locales.
Beneficios de la educación comunitaria
- Fomentar la identidad y el sentido de pertenencia (UNESCO, 2015)
- Desarrolla el compromiso cívico, la responsabilidad social y el liderazgo
- Promueve la solución de problemas comunitarios desde la educación
Estrategias para una educación comunitaria
- Aprendizaje servicio: Vincular el conocimiento académico con proyectos de impacto social.
- Colaboración con actores sociales: Trabajar con organizaciones, empresas y familiar para enriquecer la educación.
- Escuelas abiertas a la comunidad: Implementar actividades extracurriculares que fortalezcan el vínculo con la comunidad.
Con base en este marco teórico, es dable pensar que en la formación, capacitación, actualización y ejercicio profesional de la enfermería, resulta innegable e ineludible, actuar siempre con sentido crítico, humanista y comunitario.
Es claro que el papel de la enfermería en la atención de los pacientes, a partir de las actividades preventivas, curativas, de rehabilitación y paliativas, requiere una capacidad analítica constante. Es imperativo que los profesionales cuestionen la validez de la información y tomen decisiones fundamentadas, para la protección de la salud o la vida de las personas, sobre todo cuando se presentan dilemas incluso en el ámbito de la bioética. Desde el marco de la teoría del cuidado humano de Jean Watson, se refuerza la importancia de la conexión entre el profesional y el paciente, promoviendo una atención basada en la empatía y el respeto.
El pensamiento crítico en enfermería se desarrolla desde la educación básica, fomentando la autonomía intelectual de los estudiantes, el conocimiento adquirido debe relacionarse con experiencias previas para una comprensión profunda. En este sentido, el aprendizaje basado en problemas y la enfermería basada en evidencias permite a los estudiantes enfrentas escenarios clínicos reales, fortaleciendo su capacidad de análisis y decisión.
Para consolidar el pensamiento crítico, es esencial una lectura analítica que motive la evaluación crítica de fuentes de información y que los estudiantes de enfermería logren analizar diferentes perspectivas. El aprendizaje basado en problemas, se traduce a la tendencia actual de una enfermería basada en evidencias, para enfrentar eventualidades tangibles a través del pensamiento crítico, incluyendo acciones de naturaleza colaborativa en la atención de los usuarios de los servicios de salud.
Para lo anterior, debe fomentarse una lectura analítica, que motive la evaluación crítica de las fuentes de información, con participación en debates y discusiones de pares disciplinares o interdisciplinares, para la integración de decisiones fundamentadas.
La educación comunitaria en enfermería refuerza la conexión entre la formación académica y la realidad social. La atención comunitaria, según el modelo de promoción de la salud de Nola Pender, enfatiza la prevención y la participación activa de la comunidad en su propio bienestar. Experiencias como los programas de atención en casa por casa permiten aplicar conocimientos teóricos en contextos reales, favoreciendo la resolución de problemas comunitarios y fortaleciendo el liderazgo en salud.
Se ha mencionado que el aprendizaje significativo implica relacionar los contenidos programáticos con la vida del estudiante, válidamente podemos agregar que debe relacionarlos sobre todo con la vida de sus semejantes a quienes dirigirá el ejercicio de su actuar como profesional de la enfermería.
El desarrollo del potencial individual, comprende el respeto a las afinidades y dosificación de aprendizaje de cada alumno, lo cual significa, a mi entender, el principio de atención médica de atender a cada persona según sus características propias y el respeto como valor esencial de los estudiantes y profesionales de la enfermería.
Lo anterior, nos conduce de manera inmediata y directa al terreno de la ética y los valores, para, precisamente, fomentar, en la formación y ejercicio profesional del personal de enfermería, los valores, entre otros, de responsabilidad, respeto y empatía. De hecho, en los niveles educativos de la enfermería, en sus etapas de formación, capacitación y actualización, siempre estará presente la revisión y repaso de los valores éticos, incluso como decálogos y a veces como indicadores de calidad, pues, de manera ineludible, se traducen de manera automática en obligaciones a cumplir, por el personal de enfermería, para la protección de la salud y la vida de las personas.
El aspecto humanista, también implica la educación emocional de los estudiantes y profesionales de la enfermería, elemento esencial en su formación, como ya se ha mencionado, así como el aprendizaje y ejercicio de la disciplina basado en evidencias, además de la utilización de metodologías activas de aprendizaje experimental, a través de los denominados campos clínicos de la enfermería, tanto durante la formación, la capacitación y la actualización de la enfermería.
Un aspecto que particularmente me apasiona, en la actualidad, es el haber recibido educación para la atención comunitaria. Hemos destacado, en el marco teórico, que el compromiso comunitario en la educación, fortalece la conexión entre la escuela y la sociedad, promoviendo la participación activa en la solución de problemas locales. Se han destacado como beneficios de la educación comunitaria, el fomento a la identidad y el sentido de pertenencia hacia lo que se hace, el desarrollo del compromiso cívico, la responsabilidad social, el liderazgo, la solución de problemas comunitarios, desde la educación y desde la enfermería.
Y es en la parte de estrategias para una educación comunitaria, donde he conectado estos aspectos en mi desarrollo profesional en diversas facetas y actualmente como profesional de la enfermería en un programa de atención denominado casa por casa, pues es precisamente una oportunidad para aplicar los conocimientos adquiridos de aprendizaje de servicio, en la vinculación del conocimiento académico con proyectos reales de impacto social.
Esto implica colaboración con actores sociales, personas, familias, en esta imbricación del conocimiento adquirido y su desarrollo en el ejercicio profesional, como un proceso cíclico que fortalece y enriquece la educación, no como algo estático sino como un proceso en constante evolución.
De ahí la importancia de que los conceptos revisados en este artículo, no significan una mera opinión, sino una evidencia tangible de su importancia en la formación básica y permanente del personal de enfermería, como herramienta fundamental para el ejercicio profesional.
La vinculación entre el conocimiento académico y la práctica profesional debe concebirse como un proceso dinámico y en constante evolución. La educación en enfermería no solo implica la adquisición de competencias técnicas, sino también en la formación de profesionales críticos, humanistas y comprometidos con la comunidad. Este enfoque integral garantiza que los futuros enfermeros sean agentes de cambio capaces de brindar una atención de calidad basada en principios éticos y el bienestar de los pacientes.
Conclusión
El desarrollo de una educación basada en sentido crítico, humanista y comunitario permite formar ciudadanos reflexivos, conscientes, empáticos, éticos y socialmente responsables.
Al integrar estas perspectivas, se potencia un aprendizaje significativo que no sólo responde a las necesidades individuales de los estudiantes, sino que también contribuyen al bienestar colectivo.
Esta propuesta responde a las necesidades del siglo XXI, promoviendo un aprendizaje transformador que trasciende el aula y genera impacto en la sociedad.
Para lograrlo es esencial que las instituciones educativas, docentes y familias, trabajen conjuntamente en la implementación de estrategias que fomenten el pensamiento crítico, la formación humanista y el compromiso con la comunidad.
Referencias
UNESCO. (2015), Educación 2030: Incheon Declaration and Framework for Action
Maslow, A. H. (1970). Motivation and Personality (2nd ed.). New York: Harper & Row.
McLaren, P. (2003). Life in Schools: An Introduction to Critical Pedagogy in the Foundations of Education (5th ed.). Pearson Education.
Goleman, D., Boyatzis, R. E., & McKee, A. (2002). Primal Leadership: Realizing the Power of Emotional Intelligence. Harvard Business Press.

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