Lic. Gerardo E. Herrera Alba.
Administrativos vs docentes
Recuerden por favor aquella época de la docencia en la que te daban un temario o programa divididos meridianamente en unidades o temas y que tú evaluabas sencillamente con un examen escrito, veces oral; pero que su valor era del cien por ciento, calificabas con tinta roja haciendo observaciones y recomendaciones, después, entregabas una lista de asistencia con las calificaciones, todo esto luego de la obligada revisión de examen y si lo veías formativo mandabas llamar a los padres.
Pues ese tiempo se acabó… y si hay algún lugar donde aún mantengan este sistema clásico y aparentemente en cesación, que me lo avisen por favor para enviar mi C. V.
Tarde nos vamos a dar cuenta pero se hará saber…
De un tiempo para acá ha habido una invasión conceptual de lo administrativo que absorbe a lo académico, reduciéndolo a la simulación. Comenzando por los directores de escuela que han visto su autoridad y actividad formativa comprimirse para ser volcados en la gestoría y administración de recursos, dando paso a que los mandos intermedios entre directivos y docentes se ocupen y se atribuyan simbólicamente una autoridad académica bajo el cargo administrativo de “coordinación”, que dependiendo del caso y desafortunadamente a expensas de su educación personal y profesional, nos los podemos encontrar desde los más llevaderos y humildes, hasta los que son analfabetas funcionales con aires de dictadores. Porque “¡quién te va a contratar y te va a supervisar directamente, soy yo!”. Luego no importa la experiencia del docente ni el amor a su vocación; lo que importa es la hipocresía, el favoritismo y la tremenda animosidad de este tipo de seres que por lo regular saben disfrazar la subjetividad en formatos administrativos.
¿Importa a caso que te desgastes preocupándote por formar estudiantes, ver la causa de su desorden, sus fallas o carencias personales que afectan directamente en su desempeño académico y conducta grupal? No. Lo que importa es que no te importe. “Usted, profe, entrégueme todo lo referente a los formatos administrativos, firme aquí y firme acá, deje trabajo a los grupos que vamos a otra junta; si un alumno le causa problemas levante reporte de inmediato y canalícelo al departamento ´psicopedagógico´, ¡no se le ocurra hacer más! Las juntas con los padres las tenemos nosotros, así que deje claro –en formato- sus ponderaciones de calificación y lo que entregó el alumno en porcentajes para que nosotros expliquemos en caso de reclamación.”
Se les ha dado un poder que no corresponde, hacen cambios estructurales que afectan a nuestra labor según les convengan en cada curso y según la institución, claro; por decir lo mínimo: postergar actividades, adelantar calendarios o reducirlos con tal de “cumplir a tiempo”, ocultar información o manipularla para capitalizarla en su beneficio e imagen inclusive en juntas sindicales, por lo que se les hace fácil estrujar en tiempos a los docentes, inexpertos o no y luego se lavan las manos con la excusa de “es que a nosotros nos presionan” y esto puede tener mucho de verdad pero según toqué obtienen rédito de la situación… ¡ah!, y siempre tienen un grupo de docentes a modo, así como alianzas con otros departamentos cuando hay uno que otro docente que les estorba y que por lo regular quiera aún tomarse en serio su principal desempeño dentro de la educación que es educar o reeducar, si así lo prefieren, pero que en sí mismo y en principio y legítimo, no simbólico…
Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.