Nuevas tendencias en la Educación Superior en México en universidades publicas: “Caso Facultad de Trabajo Social UAS”.

Dra. T.S. Marisela Rivera Montoya

Al hablar de tendencia educativa nos referimos al conjunto de ideas que se orientan en una dirección específica, referida también a las concepciones de educación y del currículo como estrategias educativas en el siglo XXI, sitúa al alumno y al aprendizaje en el centro de la acción educativa. Es decir reconoce el protagonismo del alumno para lograr aprendizajes profundos y significativos.

Los principios educativos en los que se basa el currículo académico de la Facultad de Trabajo social son los siguientes: Aprendizaje y actualización continuos, gestión individual y cooperativa, integración de conocimientos, habilidades y valores, vinculación teoría-práctica, flexibilidad y diversificación, uso y generación de conocimiento para el bienestar social, individual y de la naturaleza.

El plan de estudios establece la docencia centrada en el aprendizaje, donde la institución orienta un proceso de docencia donde las y los actores interactúen cooperativamente para gestionar el aprendizaje, indistintamente del nivel y tipo de programa en el que participan. Cabe señalar que se cuenta con programas de nivel licenciatura en modalidad escolarizada y semiescolarizada, así también cuenta con programas de posgrado de nivel maestría y doctorado. La docencia centrada en el aprendizaje se fundamenta en la educación social, el humanismo y el constructivismo, donde se concibe a la persona como ser social responsable y corresponsable en el proceso de aprendizaje. La educación social se enmarca en el proyecto de educación a lo largo de la vida, y apuesta a las nuevas alfabetizaciones (informática, idiomas, técnica), a la inclusión y la igualdad de oportunidades.

Con base en lo anterior, las y los docentes deben asumir la función de organizar, motivar y coordinar lo necesario para alcanzar el propósito de la educación integral, con participación de los mismos estudiantes. Promover la toma de conciencia de los estudiantes respecto a sus vínculos con la sociedad, la importancia de conducirse correctamente en ella y aportar para mejorarla y transformarla. Las y los profesores deben contribuir a lograr la armonía, integración, equilibrio y formación de alumnos y alumnas en todos los ámbitos.

Los y las estudiantes deben tener la oportunidad de participar en un ambiente de confianza y comunicación, que facilite el proceso de reconstrucción de conocimientos mediante actividad dialógica y crítico-reflexiva, lo cual requiere de pensar y actuar de forma cooperativa; situar la confianza en las personas y los procesos, reconstruyendo relaciones de aprendizaje que fortalezcan la significación y el compromiso personal. La docencia debe basarse en procesos de investigación y actualización permanente que permita a los y las estudiantes adaptar, transferir y aplicar sus conocimientos y desempeñar sus competencias.

Así mismo los docentes deben garantizar que los conocimientos se sitúen en contextos y situaciones atendiendo a un modelo de aprender y aplicar conectando teoría y práctica. En dicho proceso el personal docente promoverá la integración de los distintos tipos de saberes: el saber (conocimientos), el saber hacer (habilidades y destrezas), y el saber ser y convivir (actitudes en las que intervienen los valores y emociones de las personas).

La evaluación en el marco de una docencia centrada en el aprendizaje contempla lo diagnóstico, lo procesual y los resultados obtenidos, lo cual debe aplicarse tanto a estudiantes como a docentes. En este proceso es pertinente incorporar la perspectiva de diversificación, lo cual significa la posibilidad de evaluar por más de un actor, en variados contextos, y con múltiples estrategias.

La institución orienta un proceso de docencia donde las y los actores interactúan cooperativamente para gestionar el aprendizaje. A esto se denomina docencia centrada en el aprendizaje. Esta se fundamenta en la educación social, el humanismo y el constructivismo, donde se concibe a la persona como ser social responsable y corresponsable en el proceso de aprendizaje. La educación social se enmarca en el proyecto de educación a lo largo de la vida, y apuesta a las nuevas alfabetizaciones (informática, idiomas, técnica), a la inclusión y la igualdad de oportunidades.

Cuando hablamos de docencia centrada en el aprendizaje nos referimos a las estrategias y acciones que el docente debe aplicar para lograr asumir la función de organizar, motivar y coordinar lo necesario para alcanzar el propósito de la educación integral, con participación de los mismos estudiantes. Así mismo debe promover la toma de conciencia de los estudiantes respecto a sus vínculos con la sociedad, la importancia de conducirse correctamente en ella y aportar para mejorarla y transformarla. Contribuir a lograr la armonía, integración, equilibrio y formación de alumnos y alumnas en todos los ámbitos.

Un aspecto no menos importante es cuidar que los conocimientos se sitúen en contextos y situaciones atendiendo a un modelo de aprender y aplicar conectando teoría y práctica, que los lleve a promover la integración de los distintos tipos de saberes: el saber (conocimientos), el saber hacer (habilidades y destrezas), y el saber ser y convivir (actitudes en las que intervienen los valores y emociones de las personas).

Asimismo los estudiantes deben tener la oportunidad de participar en un ambiente de confianza y comunicación, que facilite el proceso de reconstrucción de conocimientos mediante actividad dialógica y crítico-reflexiva, lo cual requiere de pensar y actuar de forma cooperativa. Esto facilita situar la confianza en las personas y los procesos, reconstruyendo relaciones de aprendizaje que fortalezcan la significación y el compromiso personal, que los lleve a lograr adaptar, transferir y aplicar sus conocimientos y desempeñar sus competencias.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es un organismo especializado creado el 16 de noviembre de 1945 y cuya misión es “contribuir a la consolidación de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información”. Para este organismo Internacional la educación constituye su principal actividad, y busca el pleno desarrollo de la educación superior, reconoce que pese al desarrollo sin precedentes y la creciente conciencia de su papel vital para el desarrollo económico y social, la educación superior se encuentra en un estado de crisis en casi todos los países del mundo.

Esto es así dado que si bien la matrícula ha crecido significativamente, la capacidad de financiamiento público continúa disminuyendo. Asimismo, la brecha entre los países en desarrollo y los altamente industrializados con respecto al aprendizaje de nivel superior y la investigación, ya de por sí enorme, se ha ensanchado todavía más. Esta crisis implica, de acuerdo con el organismo en cuestión, la necesidad de repensar el papel y la misión de la educación superior, así como identificar nuevos enfoques y establecer nuevas prioridades para su desarrollo futuro.

Los complejos desafíos que enfrenta la educación de nivel superior en la actualidad reclaman la participación de numerosos actores, así como una mayor diversidad de perspectivas y enfoques. Se considera, en consecuencia, que el desarrollo de la educación superior constituye un importante instrumento para poder alcanzar niveles aceptables de desarrollo humano sustentable y sostenible.

En los documentos oficiales de la UNESCO identifica tres principales tendencias comunes a los sistemas y las instituciones de educación superior A nivel mundial, primero plantea que existe una expansión cuantitativa, la cual se ha acompañado, sin embargo, de continuas desigualdades en el acceso, tanto entre los países como entre regiones dentro de los mismos países; segundo, existe una diversificación de las estructuras institucionales, programas y formas de estudio; y tercero se plantean las restricciones financieras producidas por el ajuste estructural y las políticas de estabilización en muchos países en desarrollo, como es el caso de nuestro país, la Universidad Autónoma de Sinaloa y la Facultad de Trabajo social. Para la UNESCO el ensanchamiento de la brecha que separa al mundo en desarrollo del industrializado, en términos de las condiciones de la educación de nivel universitario y la investigación, es un motivo de constante preocupación.

Este organismo plantea como recomendación que las respuestas de la educación superior a los continuos cambios de hoy deberán estar guiadas por tres principios rectores: relevancia, calidad e internacionalización. La relevancia se refiere al papel y el sitio que ocupa la educación superior en la sociedad, sus funciones con respecto a la docencia, la investigación y los servicios que de ellas resulten, así como en términos de sus vínculos con el mundo del trabajo en un sentido amplio, las relaciones con el Estado y el financiamiento público, y las interacciones con los demás niveles y formas del sistema educativo. Una de las mayores restricciones del proceso de cambio y desarrollo de la educación universitaria la constituye el limitado financiamiento público.

En este sentido, se subraya la necesidad que tienen las instituciones de educación superior de hacer un uso más eficiente de sus recursos humanos y materiales, aceptando la rendición de cuentas a la sociedad. Siguiendo con la tendencia prevaleciente en muchos organismos internacionales, se insiste también en la necesidad de una búsqueda de fuentes alternas de financiamiento. Se advierte, sin embargo, del riesgo de una política que aleje al Estado de su función de financiar a las instituciones públicas de enseñanza superior, al presionarlas excesivamente por hallar fuentes complementarias de ingresos, la recuperación de costos y una interpretación estrecha por lograr la autosuficiencia institucional.

En cuanto a la calidad, se considera que su fortalecimiento y evaluación requieren de la participación activa del personal docente y de investigación. También la calidad de los estudiantes es motivo de preocupación ante la explosión de la matrícula, la diversificación de los programas de estudio y los niveles actuales de financiamiento. Asimismo, la calidad de la infraestructura académica y administrativa es crucial para el adecuado cumplimiento de las labores docentes, de investigación y de servicios, al igual que para el fortalecimiento de la cultura institucional. En lo referente a la evaluación de la calidad, se recomienda que ésta no se haga sólo con criterios financieros e indicadores meramente cuantitativos, sino tomando en cuenta los principios de libertad académica y autonomía institucional.

Finalmente, el principio de la internacionalización es muy importante, pues se considera que el aumento en los intercambios entre universidades de distintos países ha de redundar en un mayor entendimiento entre las culturas y también en una mayor difusión del conocimiento. Del mismo modo, los mecanismos de cooperación constituyen un elemento de la mayor importancia para el fortalecimiento institucional de muchas universidades de los países con menores niveles de desarrollo.

El punto de arranque para repensar la educación superior en el mundo actual es definir como su misión fundamental, es decir el estar en contacto con las necesidades de la sociedad a fin de contribuir a crear un desarrollo humano sustentable y una cultura de paz. Ello constituye el cimiento de la pertinencia de las actividades educativas, de investigación, asesoramiento y servicio a la comunidad. Es asimismo, lo que requiere una administración de calidad y lo que orienta su política de cooperación.

En el actual contexto del país, la educación superior habrá de ser una de las herramientas que coadyuven al desarrollo y potencialización de las habilidades y competencias de los ciudadanos. En este sentido, las Instituciones de Educación Superior (IES) tienen una importante tarea para formar talentos emprendedores, creativos, innovadores y con capacidad de liderazgo, que satisfagan las demandas y el perfil deseado por los sectores de la sociedad.

En suma, la consecución de un sistema educativo nacional de calidad requiere de sinergias entre diferentes órganos e instancias gubernamentales para conducir las acciones estratégicas que conlleven al desarrollo económico y social del país de manera integral bajo una misma vertiente y filosofía, algo que se expone desde el nuevo modelo educativo.

BIBLIOGRAFÍA:

Banco Mundial (2000). La educación superior en los países en desarrollo: peligros y promesas. Consultado 26 Julio 2020, en http://siteresources.worldbank.org/EDUCATION/Resources/2782001099079877269/547664-1099079956815/peril_promise_sp.pdf

Guerra, E. (2013). Plan de Desarrollo Institucional de la Universidad Autónoma de Sinaloa Consolidación 2021. Culiacán:UAS. Consultado en: 26 julio 2020. http://sau.uas.edu.mx/pdf/Plan_de_Desarrollo_Institucional_Consolidacion_Global_2021.pdf

Rodríguez, C. Et. al. 2003. Innovación Curricular; Metodología para la reestructuración de la oferta educativa en la UAS. Universidad Autónoma de Sinaloa. PIRDOE/CISE/CGPD. México.

UNESCO (2005). Hacia las sociedades del conocimiento. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001419/141908s.PDF

Dra. Marisela Rivera Montoya

maestra_uas@hotmail.com

  • Doctora en Trabajo Social con acentuación en sistemas de salud, por la UAS.
  • Maestría en Trabajo Social con Mención honorífica.
  • Licenciada en Trabajo Social.
  • Licenciada en Derecho.


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