Maggie Grazziano
¡Hola!
Que gusto encontrarnos en este espacio de reflexión compartida, quiero agradecer tu tiempo y la oportunidad de compartir y coincidir a la distancia. El tema de esta edición me parece muy interesante; al momento de escribir mi humilde aportación, mi primer cuestionamiento fue:
¿”La innovación en la educación: un proceso para la mejora de la calidad”?
ó
¿”La innovación en la educación: un compromiso de filosofía de vida de los educadores”?
Personalmente, me comprometo a asumir la segunda postura, ¿por qué? Tan fácil y sencillo como complicado… Porque hoy más que nunca tenemos que innovar para volver a enamorarnos en primer lugar de la honorable responsabilidad de educar.. ¿Volver a enamorarnos?… ¡Así es!
Mi estimado lector ante la respuesta actual de sus educandos. ¿sigue enamorado de ser educador?
¡Yo sí!, sin embargo, debo reconocer que hay ocasiones que he llorado mucho, preparar tus temas, buscas estar aprendiendo y compartir todo lo que haces, construir juntos nuevos conocimientos …. Y… ¡Zaz! Tus alumnos no asisten o permanecen en total silencio cuando invitas a participar o incluso incluyes dinámicas en Kahoot, Mentimeter, Canvas o cualquier otra herramienta de gamificación, quizás en un primer momento consideramos que son personas desinteresadas en su proceso de aprendizaje, que son incluso irrespetuosos por no valorar el esfuerzo que realizamos… ¿Y qué tal si iniciamos nuestro proceso de innovación en este momento?, ¿Qué tal si en lugar de centrarnos en cómo nos sentimos por quiénes no llegaron y juzgamos su ausencia; abrimos la oportunidad de ser empáticos y preocuparnos por saber si están bien?, en segundo lugar, agradecer a quiénes asisten en lugar de priorizar nuestro desencanto provocado por los que no asisten.
En mi experiencia, estoy innovando en este primer proceso, al aperturar mi mente, desafortunadamente, me he encontrado que mis educandos están pasando situaciones de salud muy complejos, se han vuelto padres a muy temprana edad, falleció algún familiar cercano o en casos positivos están trabajando, viajando por compromisos profesionales, deportivos.
Definitivamente, la innovación en la educación es un proceso para la mejora de la calidad, el reto es enfocar el ámbito de la calidad, ¿calidad de vida?, ¿calidad del proceso de aprendizaje?, ¿calidad de los resultados de aprendizaje?
Mi propuesta adicional, es enfocarnos en las siguientes innovaciones:
- Centrado en el Aprendizaje Significativo personal y por ende de mis educandos por encima de un proceso de enseñanza exclusivamente.
- Neuroeducación con enfoque en la neuroplasticidad y neurogénesis.
- Escucha Activa y Asertiva por encima de oír.
- Sororidad, Acompañamiento por encima de solo empatizar.
- Construcción de Comunidades de Práctica y Aprendizaje en lugar de Priorizar solamente el aprendizaje.
- La gamificación como herramienta para clarificar el sentir de mis educandos en su proceso de aprendizaje… comparándolo con el de nosotros al conocerla, aprenderla y aplicarla.
- Finalmente, lo más retador… cambio de mi rol docente; de catedrático a docente; de docente a facilitador del conocimiento; de facilitador del conocimiento a tutor; de tutor a coach: y de coach a mentor.
¿Retador? ¡Mucho!…. ¿Necesario? ¡Indispensable!
Hoy, más que nunca, tu labor es única e invaluable. Tu ejemplo, dedicación y esfuerzo, nos permitirá educar para que los jóvenes se sientan orgullosos de aprender, de desarrollarse, de elegir vivir con valores y no seguir el estilo de vida actual, donde trabajar, emprender o ser empresario es recibir el peso más fuerte de la ley, de la carga económica, pero, si eliges no estudiar, no trabajar, entonces recibes más y tu posición es de alguien inteligente.
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