Innovar o desaparecer

Mtro. Cuitláhuac García Perea

Una de las más grandes lecciones que nos dejaron los acontecimientos vividos en los años 2020 y 2021; indudablemente es la necesidad de innovar; innovar siempre y en todo. Vimos como quedo atrás el clásico “siempre hay alguien que lo hace mejor, más rápido y más barato”; para abrir paso a un tajante proceso innovador en todos los aspectos.

La educación no fue la excepción. Desafortunadamente el proceso de innovación en la educación fue a destiempo y por más esfuerzos que hizo la autoridad educativa central; los resultados fueron asimétricos completamente. Se abrió aún más la brecha de la desigualdad en la instrucción escolar. Las niñas, los niños y los adolescentes, cuya supervisión o medios de acceso a la tecnología fueron deficiente; sumado a condiciones psicoemocionales; en muchos casos ampliaron su rezago académico.

Quienes tenemos la oportunidad de convivir en la docencia cotidiana, nos podemos dar cuenta como aún en este 2024, las deficiencias derivadas del confinamiento y distanciamiento social; siguen persiguiendo al alumnado.

En días pasados, visité diversos planteles educativos a fin de conocer sus instalaciones y la preparación para enfrentar los nuevos desafíos educativos y pude tristemente comprobar que a pesar de las enseñanzas, algunas escuelas no aprendieron.

En estos días ha habido un repunte en las condiciones que pueden volver a alejarnos, quizás no con un confinamiento masivo; pero sí aislamientos temporales de ciertas personas para proteger su salud o las de los demás y hay escuelas que a la fecha descartaron los modelos asincrónicos o remotos de impartición de clases o que no cuentan con modelos digitalizados y plataformas de seguimiento de actividades académicas.

Lo anterior, sumado a la cada vez más difícil circunstancia de controlar los contenidos y tiempos de navegación a través de los teléfonos inteligentes y demás dispositivos que atrapan la atención de la niñez y la adolescencia cada vez con más voracidad, reduciéndoles en muchos casos a personas de cuellos en 90° y melenas cubriendo lo que miran en pantallitas de 6 pulgadas.

Es ante este escenario, que la innovación en la manera de presentar los contenidos educativos, el manejo de plataformas asequibles, la posibilidad de eliminar los obstáculos tecnológicos y la conectividad, son los grandes retos que se presentan de manera inmediata en la labor educativa.

La docencia y la familia habrán de trabajar en conjunto para que las niñas, niños y adolescentes, se emparejen en sus estudios, se abata la brecha educativa y se mejoren las metodologías de seguimiento y evaluación de la comunidad escolar. Corresponderá a las autoridades de la materia, mejorar las conectividades; el abasto de energía, las condiciones de la infraestructura y el mejoramiento de los planteles. Es ahora o el precio que habremos de seguir pagando como sociedad y país; puede ser muy alto.


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