Mtra. Dolores Maribel Canteros Ramírez.
Haciendo un poco de historia, la educación en México surge como un derecho universal adquiriendo las características de garantizar la igual en oportunidades de mejorar tanto social como económicamente, como algo innato a cada individuo.
Cuando se habla del Sistema Educativo en México es difícil separarlo de la importancia que tiene en el desarrollo económico del país, sin embargo, actualmente se vuelve una ventana hacia las desigualdades más que igualdades, mostrando una práctica con más obstáculos materiales que de formación, enfrentamos la disyuntiva de cuidarnos y seguir una enseñanza en línea poco aprovechada o exponernos y volver a las aulas para un aprendizaje vivencial.
Estudios recientes muestran la deficiencia de una educación en línea con una marcada falta de igualdad en los recursos para el aprendizaje, desde un internet poco útil hasta un equipo obsoleto y que decir de los estudiantes que por no tener recursos pausaron sus estudios creyendo que la pausa sería pequeña y que podrían recuperarse al asistir nuevamente al salón de clase, los resultados son cada vez más deprimentes al mostrar un atraso de 7 años en la educación.
Buscar que la educación iguale las oportunidades de los estudiantes en lograr un trabajo digno y le ayude a mejorar su estilo de vida, ahora queda más lejano no por ignorarlo sino como resultado de una pandemia tan agresiva como la que se está viviendo con secuelas poco conocidas y que se ven reflejadas en el desempeño de los estudiantes.
Podríamos seguir encontrando elementos que dificulten la enseñanza, pero no mejoraría en nada los resultados, es mejor encontrar una estrategia que realmente disminuya las diferencias y acerque a los estudiantes al conocimiento, que le permita romper las diferencias, lograr que los estudiantes sean capaces de analizar y proponer, que dejen de ser receptores para innovar según las necesidades de las empresas, las cuales no son estables y cambian sus estándares continuamente según el mercado al que se ofertan, dejar de solapar al estudiante según el sistema en el que se estudie, si es publico formarlo como mano de obra barata y si es privada hacerlo sentir dueño del mudo esto no permite que se logre una verdadera igualdad solo lo hace más difícil.
Surge una gran pregunta ¿cómo lograr que la educación llegue a todos por igual? Sin tener que sentir pena por el que menos tiene, sino ayudarlo a que alcance un mismo nivel de aprendizaje, hacerle ver que su hambre puede ser saciada con su ingenio, pareciera que hay que regresar a la base primordial de la educación y generar una visión nueva de ella, llena de elementos que ayuden a ver los principios éticos de la educación, dejar de asignar culpas y empezar a diluir las dificultades que se presentan al integrar a cada estudiante de una forma igualitaria sin etiquetas solo acciones tomando como punto esencial el contexto donde se desarrolla la educación e integrarlo en un todo, hacer partícipes a cada uno de los involucrados en esta gran empresa llamada educación, que tanto padres de familia, estudiantes docentes y autoridades educativas compartan la responsabilidad de hacer que la educación sea realmente igualitaria.
Se necesita partir de una verdadera realidad de nuestros estudiantes sin idealizar que por haber llegado a cierto grado educativo todos saben lo mismo, sin mirar que cada uno carga con su propia historia y aprende a su propio ritmo haciendo que la mejor planeación de clase solo sea una posibilidad perfectible con la realidad.
Urge un regreso a clases presenciales, solo así podremos obtener todos los datos que nos da la mirada de cada uno de esos adolescentes que sin decir nada están en espera de que alguien les diga si puedes mejorar.
Retomar una educación bajo los principios de igualdad generando por inercia la inclusión de todos los estudiantes y ayudarlos a brincar sus propias barreras, algo que no es fácil es más agotador seria lo adecuado para un país con una población tan numerosa y cada vez más demandante de un avance tanto económico como social.
¿Estamos preparados para un cambio integral? No lo sé, lo único que sí sé es que es hora de buscar nuevamente una revalorización del sistema educativo y hacer que se refleje en una nueva actitud social.
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