El tiempo lo dirá

Dr. Jorge Gutiérrez Alfonzo

Al término del semestre anterior, la educación media quedó suspendida. A pesar de ello, se inició sin contratiempos el ciclo escolar y, con ello, el semestre. Se convocó a reuniones regionales, estatales para que los docentes del primer semestre se acercaran a la nueva metodología, a los nuevos conceptos que regirían en la educación media. Hubo mucha expectación. Fue un inicio como no se daba hacía tiempo, a diferencia del ciclo anterior, en donde ya no se culminó eso que se empezó, no existió continuidad en el proceso. Las autoridades dejaron que los maestros decidieran dar o no clases. No se citó a reunión para evaluar el semestre, para ver los errores y aciertos, una reunión para preguntar al docente lo que vivió durante los últimos meses de 2023. Solamente a nivel nacional empezaron a hablar sobre el trabajo realizado en el Proyecto Aula Escuela Comunidad, pero no así en cada una de las Unidades de Aprendizaje Curricular (UAC) del primer semestre, no por lo menos en esta región del país. Durante enero de 2024 se estuvo en espera de la invitación para determinar el trabajo en esta segunda parte del ciclo escolar. Cada docente se vio en la necesidad de buscar las UAC para empezar a realizar la secuencia. Nada de manera oficial. Nada de parte de la academia estatal. Un completo silencio. Por ahí, a mediados del mes, se supo que un subnivel en el estado realizó la invitación para hablar sobre el nuevo inicio del segundo semestre, la cita era en una escuela de la capital del estado. Un docente por cada UAC, no más.

Por las condiciones sociales que se viven en esta franja fronteriza, no existía paso hacia la capital del estado por esas fechas en que se citó a reunión, no se podía viajar por la carretera panamericana; por la carretera que conduce a la frontera con Guatemala se llevaban ya seis días sin poder tomar esa vía para trasladarse a la capital de la entidad. Existían dos caminos alternos, uno por la costa viajando más de 500 km, 100 de esos kilómetros por la sierra madre de Chiapas; y la otra vía, por la Frailesca, menos kilometraje, pero con pérdida de tiempo en el embalse para pasar con la ayuda de los chalanes, las barcazas, que son dos, a tierra firme, y a cada uno le lleva media hora trasladarse de un lado a otro de la presa. Difícil situación para aventurarse a conocer las condiciones en las que se trabajará en este segundo semestre. En el grupo estatal de WhatsApp ni un solo comunicado, nada, absolutamente nada.

El maestro Alfonso Monterrosa, quien impartirá pensamiento matemático II, se sorprende al observar tantos contenidos en un solo semestre. Detecta, según su experiencia, que se enseñarán los contenidos que anteriormente se impartían en los cuatro primeros semestres: aritmética, algebra, geometría, geometría analítica y principios de cálculo. Si lo anterior no bastara, se introdujeron los temas de interés simple e interés compuesto. Todo en 68 sesiones de 50 minutos, según lo programado, en condiciones normales.

¿Qué aprenderá realmente el estudiantado? ¿Cómo se puede adecuar en un proyecto todo este cúmulo de conocimiento? ¿Cómo hacer que trabajen de manera colaborativa con los docentes? En la reunión estatal se indicó que se ofrecieran los temarios lo más superficial que se pudiera porque no se sabía cuáles aspectos se atenderían en pensamiento matemático III.

El proyecto Aula Escuela Comunidad, que se trabajó en el semestre anterior, tenía que ver con la implementación de bebederos de agua. La escuela no cuenta con agua entubada, por lo que se tiene que extraer del subsuelo. En el primer semestre se trató de limpiar la zona quitando plásticos y envolturas. A principios de enero se informó por parte de la directora del plantel que se ofrecería un curso llamado aula invertida impartido por un docente capacitado que está en el plantel cubriendo un interinato. El instructor desarrolló su tarea de manera magistral y la cereza del pastel fue que se deberían de aterrizar en el Proyecto Aula Comunidad las actividades diseñadas en el curso. Las ideas sobre cómo concretarlas no se hicieron esperar. Las opiniones que se estaban acordes con lo que se había pedido. Algunos docentes lo plasmaron en su secuencia, le dieron forma, otros solamente opinaron sobre cómo podrían hacerle. El maestro Alfonso incorporó en su secuencia que comenzaría con la siguiente pregunta: ¿existirá alguna expresión algebraica para determinar la cantidad de botellas que se generarán durante de dos años? Y a partir de esta pregunta desarrollar lo referente a la traducción de lenguaje común a lenguaje algebraico. Para las fracciones, el maestro pensó en dividir la escuela en partes y que cada equipo mantuviera su área asignada lo más limpia posible, podía tocarle a cada uno de estos un polígono regular o uno irregular. Los equipos recogerán y posteriormente entregarán los datos en un trabajo por escrito sobre cuántos metros cuadrados les fueron asignados (aproximadamente), cuál es el perímetro del polígono, qué forma tiene, qué volumen de basura recolectaron la primera vez. Con los resultados, los alumnos deberán identificar si son números compuestos o primos, si son divisibles. Se les preguntará también, si tuvieran una extensión tres veces más grande, ¿cuánta basura se generaría en condiciones iguales? Aquí el estudiantado podría determinar la cantidad de dinero que se pudiera obtener por la venta del plástico, cartón entre otros. Podrá el maestro Alfonso indicarles que esa cantidad de dinero se puede ahorrar o invertir, podrán hacer una comparación si lo dan en inversión o sólo se ahorra en los bancos que existen en la comunidad. Por último, se podría llevar el espacio físico a un plano cartesiano para determinar el área y el perímetro de manera analítica. Estos nuevos datos los compararán con el dato que se obtuvo cuando se le asignó el espacio para trabajarlo y analizarán si existe diferencia y por qué se da esta diferencia o, por el contrario, si no se da cuál fue el motivo.

Por cuestiones de tiempo ya no se pudo, en la reunión de academia, indicar cuál sería el trabajo general que realizarían los estudiantes. Ese espacio asignado por el maestro, ¿quién más podría trabajarlo y qué les pedirían a los alumnos esos docentes? Esa parte fue la que fallo la vez pasada, según el sentir del maestro Monterrosa, y otra vez es la parte de la transversalidad que se quedó hueca.

El gobierno en turno nos dice que debemos ser agentes de transformación social: allá se quiere llegar, pero se le olvida al gobierno que existen otros dos agentes que conforman esa sociedad. El principal agente, el alumno. ¿hasta dónde desea ser transformado?, ¿para qué desea ser transformado?, ¿en qué desea ser transformado? El otro agente, padre y madre de familia, o tutor que cuida al adolescente, ¿hasta dónde permitirá ese cambio? ¿Qué tanto va a colaborar con el docente? ¿Existirá un acuerdo entre padre y maestro? El gobierno desea alumnos analíticos, reflexivos, que sean aptos para aprender a aprender, que sean humanos capaces de participar en acciones sociales. Todo eso lo piensa también a partir de los maestros y de quienes conviven diariamente con él.

¿Se llegará a saber si se cumplió la encomienda? Sólo el tiempo dirá y mostrará a los seres humanos que estamos formando hoy. Sólo el tiempo le dará la razón al maestro o al padre de familia. Si en el hogar no existen normas y reglas, en la escuela el estudiante será indisciplinado. Si en el hogar no recibe cariño, en la escuela será agresivo. Si en la escuela no recibe las herramientas para su transformación. la sociedad se lo demandará.


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