El financiamiento en la educación en América Latina.

Mtra. Ana Verónica Villarroel Márquez.

Plantear este tema es un asunto delicado ya que se puede abordar desde diferentes ámbitos y presentar diversos problemas desde cada uno.

En primer lugar, el principal inconveniente que presenta la financiación en el área educativa es la falta de inversiones tanto de las instituciones públicas como privadas. Y es que es lamentable el poco interés que se muestra por lograr avances significativos en la educación, “se ha invertido lo que se tenía que invertir” y no es necesario dedicar más dinero.

Por otro lado, hay una falta de proyección a futuro, muchas veces las ayudas o concesiones que se otorgan a las instituciones educativas y de investigación no cumplen con un objetivo de bienestar y crecimiento a nivel nacional. Simplemente se ve como un mero trámite que el Estado tiene que cumplir, pero no se le da a la educación el grado de importancia que debería tener. Por lo general, se destina gran parte del presupuesto público y privado a las grandes empresas, a la industria o al ocio, pero poco a la educación y eso es porque no se ve como un factor clave para el desarrollo económicos de los países.

Sumado a lo anterior, tenemos uno de los problemas más comunes en la región, que es la ineficiencia de las instituciones en el manejo del gasto público. En el aspecto educativo, esto se ve reflejado en la deserción escolar que no es controlada, la falta de infraestructuras y servicios esenciales tales como agua y luz, la excesiva burocracia que ralentizan cualquier proceso, las altas tasas de analfabetismo, sobre todo en las regiones más necesitadas y la ausencia de un respaldo social que garantice la funcionalidad o aplicación de los conocimientos, si es que llegan a obtenerse.

En pleno siglo XXI, en América Latina parece que la educación en lugar de ser un derecho, se ha convertido más bien en un privilegio, cada vez se hace más difícil completar los estudios precisamente por la falta de dinero de los más necesitados. Y volvemos a un punto recurrente, esa falta de recursos que sufre la educación no es precisamente porque los Estados o las empresas no tengan el capital para hacerlo, sino que más bien es la falta de interés, organización y eficiencia la que hace que sean muchos los ciudadanos que no puedan gozar de un apoyo para finalizar sus estudios.

Por último, mucho se habla de garantizar la educación básica de los más jóvenes, sin embargo, poco se dice de las investigaciones o el desarrollo de I+D+I (Investigación, Desarrollo e Innovación), que es un tema al que no se le da ningún tipo de estímulos económicos ni sociales. Esto se ve reflejado en el PIB nacional de los países y en su crecimiento económico, aquellos que invierten más en la investigación y la innovación tecnológica, son los que presentan mejores condiciones de vida. Lamentablemente en la región latinoamericana, no existe todavía una aplicación real y duradera para del I+D+I y esto es algo que difícilmente se podrá poner en marcha, sino se resuelven primero otros problemas esenciales.

Como conclusión sólo basta decir que en América Latina hay mucho trabajo por hacer para lograr aumentar el financiamiento en el área educativa y esto es algo que no sólo depende de los gobiernos de cada país, sino que también tiene que ir de la mano de las instituciones privadas, las empresas y los ciudadanos.

Si se logra ir desarrollando proyectos a corto, medio y largo plazo que involucren proporcionalmente la participación  de todas las partes sociales, se logrará asignar responsabilidades compartidas que garanticen la mejora de la inversión de capital tanto en la educación como en la investigación.

Mtra. Ana Verónica Villarroel Márquez

avillarroelmarquez@gmail.com

  • Licenciatura en Historia por Universidad de Vigo (España).
  • Master en Estudios Latinoamericanos: Cultura y Gestión por Universidad de Granada (España)

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