Una migración forzada: La educación aprendiendo de la crisis.

Mtro. Eduardo Hernández De La Rosa

La educación virtual, ha sido el “boom” en los últimos años derivado de un proceso orientado hacia el más trabajo y menos tiempo, bajo esta lógica, las actividades a distancia se han convertido en bastiones de formación, para millones de trabajadores que necesitan mantenerse actualizados. Muchos de estos procesos de formación, son desarrollados sin un sustento académico, metodología andragógica o en su caso, orientados al desarrollo de un producto totalmente tangible, sino que son ejercicios de training que permiten adaptarse a las necesidades de personas, que desean ejecutar procesos de forma inmediata.

Este tipo de acciones, sin duda traen ventajas importantes, no obstante, pone entredicho el papel de la educación formal, cuyos procesos de formación son más extensos y costosos, así como requieren de invertir mayor tiempo en horarios menos flexibles.

Por lo tanto, la educación parece dirigirse hacia procesos de credencialización muy al estilo de Randall Collins, quién hacía alusión a este tipo de propuestas.

Al respecto, estos procesos de formación rápida, mantienen también un espíritu consumista, que intenta dotar de habilidades a quienes no las tienen, sin embargo, las necesidades del mercado impulsan a tener de inmediato, sea para cumplir alguna consigna laboral, mediada por garantizar un empleo o incrementar un salario.

Entre las tendencias más importantes, se encuentran la combinación de la tecnología para el desarrollo de un ejercicio profesional adecuado, así como aquellas que impulsan nuevas formas de hacer un proceso, promoviendo en este las características de “eficiente, eficaz y sostenible financieramente”, por lo cual, la formación online se convierte en una forma de garantizar este proceso.

Frente a la pandemia que ha traído consigo el “SARS-CoV-2 o COVID 19”, todas las grandes instituciones iniciaron una migración de sus actividades hacia procesos virtuales, especialmente las de Instituciones de Educación Superior (IES), atendieron un homeschooling y un home office, a través del cual, brindaron el servicio educativo, sin embargo, el reto no ha sido fácil, pues ello requiere de procesos estratégicos, tácticos y operativos que garanticen que el estudiante reciba más que una simple videoconferencia o en su caso, una comunicación textual por correo.

La pandemia ha implicado hacer uso de una serie de procesos educativos y académicos para garantizar que los estudiantes mantengan su formación, sin procesos truncos o retrasos en su carrera o formación de posgrado.

Lo cierto es que, para ello, se ha requerido de tener una estructura académica orientada a ello, así como de una infraestructura tecnológica.

Desafortunadamente, quienes no cuentan con estas condiciones se han tenido que acoplar a recursos gratuitos, procesos de formación exprés y uno que otro tropiezo que ha puesto en evidencia a las instituciones que se han preparado y previsto a este tipo de escenarios y las que no lo han hecho.

Sin duda alguna, el proceso no acaba con tener o no estructura académica e infraestructura tecnológica, sin embargo, ha sido una constante para ir asegurando procesos educativos clave. Frente a este tipo de contingencia las instituciones que llevan a cabo Skills training en corto tiempo, tienen hoy una ventaja cierta encima de otras instituciones más robustas, esto es garantizar la satisfacción de los usuarios a través de “victorias tempranas” que permiten a los usuarios garantizar un regreso al consumo de estos servicios. El aprendizaje que dejan estas instancias a las de tipo formal, es un salario digno a los “capacitadores” o “docentes”, procesos orientados al desarrollo de habilidades que cubran la brecha entre educación y mercado, así como plataformas que ayuden a garantizar un aprendizaje aún frente a crisis, como la que nos hace estar en cuarentena.

¿A dónde va la educación?, lo cierto es que la educación va hacia donde vaya la humanidad, su relación con nuestras necesidades siempre es una constante, por lo que, frente a las crisis, la educación buscará adaptarse, aún cuando los recursos son escasos o paupérrimos, pues aprender siempre será una necesidad, la necesidad de pervivir como especie.

Mtro. Eduardo Hernández de la Rosa.

eduardo.hernandez@soyuo.mx

  • Maestro en Políticas Públicas para el Desarrollo Social y la Gestión Educativa.
  • Maestro en Análisis Regional por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias Sobre Desarrollo Regional (CIISDER).
  • Licenciado en Ciencias de la Educación en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, graduándose con mención honorífica.

1 Trackback / Pingback

  1. La política educativa y la catástrofe generacional – OtrasVocesenEducacion.org

Dejar una contestacion