Profesores del Departamento de Filosofía de la Universidad de Guanajuato manifestaron que, las autoridades universitarias han decidido cancelar programas educativos que en el primer ingreso no alcancen un mínimo de treinta alumnos.
Los profesores dirigieron su postura a la Comunidad universitaria y a las Autoridades Universitarias. En ella manifiestan que esta medida no esta basada en argumentos educativos, sino a un aspecto contable y administrativo.
Solicitaron a las autoridades universitarias, que se reconsidere la postura, dado que consideran que dicha medida provocaría el cierre de varios programas educativos que son relevantes para la comunidad estudiantil.
Argumentaron además, que se considere que la mitad de la población educativa no es oriunda del estado de Guanajuato, lo que ha dificultado que en el caso de algunos programas educativos la matrícula no pueda ser numerosa.
Presentamos el manifiesto:
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
Quienes suscribimos el presente documento, profesoras y profesores del Departamento de Filosofía de la Universidad de Guanajuato, manifestamos nuestra preocupación y en rigor nuestro enfático rechazo a la comisión de una serie de actuaciones de las autoridades y funcionarios de la Universidad de Guanajuato que, a nuestro juicio, sistemáticamente han sobrepuesto decisiones y medidas de orden administrativo sobre las que constituyen las tareas sustantivas de la Universidad; decisiones y medidas que reflejan criterios exclusivamente economicistas —o propios de las empresas productivas cuya finalidad es el lucro—, muy lejanas al espíritu abierto, humanista y socialmente solidario que desde su configuración moderna rigió los principios universitarios. Cometiendo con ello, además, un atentado en contra de la propia Ley Orgánica de la Universidad, que a la letra expresa que corresponde a la Universidad: Desarrollar su organización académica y administrativa, observando el principio de que las actividades de administración se supediten a las de orden académico.
Antecedentes, como un ejemplo de lo dicho, consignamos el hecho de que el mes de febrero del año en curso las profesoras y los profesores del Departamento de Filosofía de esta Universidad expusimos ante las más altas autoridades de la institución una serie de presuntas irregularidades, omisiones o actos de probada mala fe, asociados a los procesos para el otorgamiento de Estímulos al Desempeño del Personal Académico y los actos aún más lesivos —porque impactan directamente la condición laboral de nuestras compañeras y nuestros compañeros—, relativos al otorgamiento de Categoría Académica; procesos en los que percibimos tanto las conductas señaladas como un claro sesgo hacia el incumplimiento y eventual violación al artículo 6 de la Ley Orgánica, en tanto en uno y otro casos, la normatividad aplicable, pero igualmente su ejercicio, presenta ambigüedades, vacíos e incorreciones que propician una aplicación viciada. Ante tal denuncia, convocada por el Rector General, se llevó a cabo una sesión de intercambio de opiniones, no fue otra cosa, de la que derivó el compromiso por parte de las autoridades de efectuar, en conjunto con profesoras y profesores del Departamento de Filosofía, un análisis más profundo e integral de dichos procesos para la corrección, resolución y eventual superación de los problemas denunciados. A la fecha, aún no se ha realizado ninguna acción a ese respecto, principalmente en razón de la emergencia nacional por la que atravesamos. Esperamos que en condiciones favorables las autoridades aludidas retomen el compromiso aludido.
Hechos. Ahora, ya en curso el Proceso de Admisión a todos los Programas Académicos y ya publicadas las Convocatorias respectivas, se instruye a los Rectores de Campus y, por consiguiente, a todos y cada uno de los Directores de División, a que, con base en el Acuerdo de corresponsabilidad institucional para el incremento de matrícula con calidad, pertinencia, equidad e inclusión, documento aprobado por el Consejo Universitario el 22 de noviembre de año anterior — el que suscita dudas debido a su probable impacto negativo para la vida académica de la Universidad y debería ser materia de una discusión lo más amplia y abierta posible— se pretende que los programas cuya demanda para primer ingreso que no alcance la cota de treinta aspirantes, deberán cancelar su proceso de admisión. Acto que de hecho configura la suspensión inminente del programa del que se trate, al tener como efecto inmediato y directo el vacío de una cohorte generacional.
Suspensión de facto que, por otra parte, no puede ser efecto de un Acuerdo, así sea este de aplicación general, porque del Acuerdo de corresponsabilidad institucional para el incremento de matrícula con calidad, pertinencia, equidad e inclusión, no pueden derivarse actos administrativos como la suspensión de un programa académico, antes de que éste haya sido evaluado en todos y cada uno de sus términos por los Comités de cada uno de los programas
En consecuencia, el “aviso” introducido en la Convocatoria funciona como un disuasor que refuerza el mensaje de que los programas bajo amenaza de cierre no son importantes o no ofrecen oportunidades de desarrollo social y profesional, o bien, que son en sí mismos débiles o fallidos. Lo que constituye un atentado en contra de la Universidad misma y su vocación de servicio social.
Fundamentos. Habría que recordar, que uno de los motivos que propició el cambio estructural de la Universidad de Guanajuato en 2009, fue el de romper la autocontención que propiciaba el esquema de escuelas y facultades, de manera que con los recursos e infraestructura disponibles no sólo se daba certeza a los programas ya existentes, sino que se podían abrir nuevos programas académicos, pues no se requeriría crear otra estructura administrativa para su operación, por lo tanto, el Acuerdo de corresponsabilidad institucional para el incremento de matrícula con calidad, pertinencia, equidad e inclusión incurre en una falacia, pretende hacer regresar a la Universidad a una situación previa y contraviene el espíritu de la reestructuración.
Esta medida de suspensión y probable cierre de programas pasa por alto el hecho de que la mitad de la población del estado de Guanajuato está fuera del país debido a la falta de oportunidades en su propio lugar de nacimiento, lo cual hace más difícil que determinados programas académicos tengan una matrícula numerosa. Cabe agregar que muchos de los programas que actualmente ofrece la Universidad son de “baja demanda” justamente porque el conjunto de la sociedad mexicana atraviesa por una crisis estructural que impide a nuestros jóvenes, sobre todo los pertenecientes a familias de ingresos limitados, optar por una carrera universitaria, lo que demanda de la Universidad de Guanajuato, si quiere responder positivamente a esta situación, mayor apertura y sensibilidad y no criterios administrativos o contables.
Pero es igualmente el caso que este estado de cosas requiere con urgencia lo que, en términos de saber y hacer, muchos de esos programas, hoy amenazados, pueden aportarle; ya sea de manera directa (el conjunto de las ciencias sociales y humanas, la geografía, las letras, las lenguas, etc.) o indirecta, pero no menos necesaria (la música, las artes plásticas y escénicas, etc.).
La Filosofía es una disciplina cuya convocatoria social, aprendizaje y ejercicio profesional no le permiten ser masiva. Esto no significa que la Filosofía no sea absolutamente necesaria para la sociedad. La Filosofía provee de los recursos, instrumentos y procedimientos de conocimiento y reflexión que toda sociedad requiere para conservar y realizar sus valores básicos, ellos mismos absolutamente coincidentes con los que la Universidad de Guanajuato llama su FILOSOFÍA: La Verdad, la Libertad, el Respeto, la Responsabilidad y la Justicia.
A partir de lo aquí expuesto y sustentado
CONVOCAMOS
a las autoridades universitarias a revisar y suspender de inmediato toda clase de medidas administrativas o contables que afecten la vida y el futuro estrictamente académico de la Universidad de Guanajuato. Asimismo, invitamos a estudiantes, profesores y personal de apoyo a que, en conjunto, iniciemos cuanto antes una amplia jornada de análisis y reflexión sobre el tipo de comunidad que queremos ser y sobre la idea y la práctica de la universidad que demanda nuestra tiempo.
PROFESORAS Y PROFESORES DEL DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA
Citlalli Sánchez Armando Isaac Quezada Pedro Arriaga Mónica Uribe Luis Fernando Macías Juan Miguel Muñoz Liliana García María Christensen Patricia Castillo Abril Saldaña Javier Corona Aureliano Ortega José María Moreno José Mendívil | Edith Velázquez Gergana Petrova María Teresa Sánchez Mier Rodolfo Cortés José Miguel Rodríguez Paloma Sierra Francisco Manuel López Cuauhtémoc Nattahí Hernández Genaro Martell Ramón Bárcenas Patricia Muñoz Beatriz Tovar Jesús Ruíz Pozo |
Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.