información publicada por el diario El Economista
La matrícula en la modalidad escolarizada en 34 universidades estatales pasó de 1 millón 252,000 en el ciclo escolar 1990-1991, a 3 millones 865,000 inscritos en el ciclo escolar 2017-2018.
El modelo de financiamiento y gasto de las universidades públicas estatales (UPEs) es insostenible, advirtió la consultora Integralia en un estudio, en el que destacó que las finanzas públicas de dichas universidades están colapsadas debido al crecimiento de la matrícula y personal docente; el incremento en los salarios y prestaciones; el desorden del sistema de pensiones, aunados a la escasez de recursos y la discrecionalidad de su asignación y gasto.
Expuso que la matrícula en la modalidad escolarizada en 34 universidades estatales pasó de 1 millón 252,000 en el ciclo escolar 1990-1991, a 3 millones 865,000 inscritos en el ciclo escolar 2017-2018. Destacó que la planta académica creció en 195%, al pasar de 134,424 profesores durante el ciclo escolar 1990-1991 a 397,671 docentes en el 2017.
Explicó que el modelo de financiamiento a las UPEs es principalmente a través de recursos públicos de transferencias federales, estatales y de ingresos propios. El gobierno federal les otorga financiamiento anual a través de un subsidio ordinario y subsidios extraordinarios. A su vez, los gobiernos estatales también contribuyen mediante un subsidio ordinario y algunos de carácter extraordinario. Por último, aunque en menor proporción, las universidades aportan recursos propios a su presupuesto anual, mediante las cuotas de servicios académicos, ingresos financieros y otros ingresos.
En ese sentido, Integralia indicó que en los últimos años, el presupuesto total de las UPEs ha presentado una tendencia a la baja, ya que del 2015 al 2017 el presupuesto total disminuyó, en promedio, 11% anual, en términos reales. “Los tres componentes del presupuesto contribuyeron a la disminución de los recursos de las UPEs en el periodo de análisis. No obstante, son los ingresos propios y el subsidio federal los que presentan la mayor disminución, con 15.5 y 5% en términos reales, respectivamente”, planteó.
En resumen, “actualmente hay más alumnos y maestros, pero hay menos dinero para atender sus necesidades. Mientras que la matrícula y el personal docente y administrativo de las UPEs han crecido, en promedio, 3.5% anual entre el 2014 y el 2017, el presupuesto ha disminuido 11% anual, en términos reales, durante el mismo periodo”, puntualizó.
Indicó que en algunas universidades, como las de Morelos, Chiapas, Estado de México y Oaxaca, entre otras, el rubro de salarios representa más de 100% del subsidio público ordinario. “A pesar de las dificultades financieras, el personal docente y administrativo de las UPEs goza de atractivas prestaciones salariales, que están muy por encima de lo que marca la ley”, mencionó en el estudio.
“Oportunidad”, el PEF 2020
Expuso que la negociación del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2020 es una oportunidad para trazar la ruta de solución a esa problemática: “Hacer de las UPEs instituciones sostenibles en el largo plazo requiere de orden administrativo, disciplina financiera y voluntad política”.
Planteó cinco soluciones a esta problemática: establecer reglas claras, acompañadas de fórmulas para la asignación de recursos federales y estatales para las UPEs; fomentar la mayor recaudación de ingresos propios; incrementar en el mediano plazo las aportaciones de los estados; limitar el pago de prestaciones por encima de la ley con fondos de recursos ordinarios, y limitar la creación de nuevas UPEs en tanto no se resuelvan los problemas estructurales de las actuales.
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