Una derrota más

Dr. Jorge Gutiérrez Alfonzo

Son las 9:30 de la noche. La noticia inunda los espacios destinados para ello: el equipo de futbol representativo de la nación pierde contra el de Estados Unidos. Los reporteros preguntan: ¿qué fue lo que pasó? ¿A qué se debe este resultado adverso? Y dos respuestas llaman la atención: “El planteamiento del técnico fue malo”; “Estados Unidos alineó todos los jugadores que juegan en otras ligas de Europa, más competitivas”. Si extrapolamos lo sucedido en la noche de ese domingo a la cuestión educativa, ¿se podría decir que la planeación del maestro fue deficiente en un semestre en el que los alumnos obtuvieron bajas notas? ¿Qué hizo que no se cumplieran las metas? En el 2013, se victimizó a los maestros por el bajo nivel académico de los alumnos en México; por este motivo, se implementaron espacios para profesionalizar al magisterio, cursos y más cursos: que estudie, que se prepare, que vea la posibilidad de lograr las metas con alternativas que se le enseñan en los cursos.

Al igual que el técnico de la selección de futbol, los docentes trabajan con seres humanos, con personas que piensan, que tienen sentimientos y que tienen perspectivas de vida. Posiblemente, los jugadores no quieren al entrenador, no se sienten a gusto porque no les da el espacio donde se puedan desarrollar. Lo mismo puede pasar con el alumno, se le ubica en espacios con reglas y horarios establecidos, unidades de aprendizaje curricular y él tiene que sujetarse, se inscribe en la escuela que le queda más cerca de su casa porque sus padres, al faltarles los recursos económicos, no lo envían adonde desea con tal de que pueda continuar con los estudios que le gustan, que le apasionan. El alumno está en un espacio donde no se siente cómodo, en un ambiente donde no puede desarrollar sus aptitudes. ¿Qué debe hacer el docente para lograr las metas? El docente no es la pieza clave para un mejoramiento de la educación. Existen otros factores.

A los dos días de la derrota de la selección de futbol mayor, la selección mexicana sub23 le ganó en un partido amistoso a su similar de Argentina. Los argentinos también culparon al técnico por la derrota. No cabe duda de que el técnico de futbol y el docente son pieza fundamental en la organización que representan. Pero ellos no están solos, forman parte de un organigrama y de una estructura. ¿Quién o quiénes evalúan ese organigrama? ¿Quién decide quién será la cabeza? ¿Qué conocimiento tiene sobre la educación o el futbol, según sea el caso? ¿Qué tipo de examen presenta para obtener el cargo?

Los técnicos de las selecciones de futbol observan a los jugadores, ven sus cualidades, ven sus aptitudes, pero en un ámbito mayor, ya en el peldaño más cerca del nivel profesional. El docente no selecciona a sus alumnos. Los alumnos buscan la escuela menos distante o que llene medianamente sus necesidades académicas. Se hace una prueba de admisión mediante un examen que mandan las autoridades de arriba. ¿Qué es lo que se desea saber por medio de esos exámenes? ¿Realmente, se contrastan con los informes obtenidos en el nivel anterior? Es sabido que los reportes de calificaciones que presenta el docente no son los reales. No es bien visto que un docente tenga un 40% de alumnos reprobados. No aceptan las autoridades educativas que haya un índice de reprobación. ¿Cuál es el miedo de presentar esos números fríos? ¿No sería mejor conocer las deficiencias en los niveles inferiores? Por ejemplo, un alumno que se inscribe a bachillerato estudió, con toda seguridad, en una primaria multigrado. Esto es, un maestro para todas sus materias, para todos los grados o por lo menos tres grados. La matricula: 25 alumnos por cada grupo, 75 alumnos que atender en cada una de las materias; grado académico del docente: ¡licenciada en nivel preescolar! El alumno cursa la secundaria en la telesecundaria, con un solo maestro en cada uno de los grados; nivel académico del o la docente: ¡licenciatura en Ciencias Sociales! En el nivel medio superior, ¿cómo recibe el maestro de matemáticas o el maestro de química a ese alumno? No es la docencia la pieza clave para mejorar la educación en México. Es la estructura organizativa la que debería cambiar para tener alumnos excelentes. ¿Cuánto de calificación obtuvo este alumno cuando presentó examen en el nivel medio superior? No se sabe, no se proporcionan los datos a los docentes, no se dice cuál calificación recibieron en las materias que se les examina.  Sólo se le pide al docente realizar una planeación para lograr las metas en el nivel medio superior.

Si un padre de familia desea que su hijo o hija aprenda a jugar futbol tiene que pagar trescientos pesos mensuales, además de solventar los gastos cuando se participa en torneos, en lugares cercanos: hotel, pasaje alimentos; esto por lo menos dos veces al año. A esos torneos llegan los visores, personas que se dedican a buscar talentos, todo con el único fin de ser los promotores de jugadores, quienes, si llegan a ganar profesionalmente, los visores tendrían regalías. La Federación Mexicana de Futbol no invierte en el primer eslabón, no quiere arriesgar en lo económico para generar futuros profesionales del futbol. ¿Pretende la Secretaría de Educación seguir esta modalidad? ¿Por eso no invierte en los niveles de prescolar, primaria y secundaria?

Si se exigiera que todos los niños cursaran el preescolar, y que no se le aceptara en primaria si no estudió los tres años de este nivel educativo, tan importante para lograr la motricidad de los pequeños; en primaria, a partir del cuarto año, podría existir un profesional que observara las aptitudes y actitudes de cada alumno, aplicándoles exámenes, test, juegos, entre otras actividades, para determinar cuáles preferencias académicas presenta. En quinto y sexto de primaria, llevarían clases con maestros especialistas en cada una de las materias que cursará: matemáticas, química, ciencias sociales, ciencias naturales, civismo, ética, aspectos socioemocionales. Cuando el estudiante llegara a la secundaria, seguiría con su mismo proceso académico. Estaría asignado en lo que le gustaría estudiar, estaría interesado en aprender, en conocer, en indagar, sería un amigo del docente, sería realmente un discípulo. Con la experiencia del docente y con el interés realmente del alumno, el bachillerato sería para poner en práctica en proyectos comunitarios lo aprendido en el nivel básico. Las calificaciones realmente serían las que se presentaran, no se cambiarían y sólo así, posiblemente, el docente podría ser culpable de tener un índice de reprobación y sólo así el docente seria la pieza clave para el mejoramiento de la educación. Mientras no se cambien las formas y las estructuras no saldremos de esta educación que ayuda a que se sea un pueblo sumiso y conformista.

Los equipos de futbol de los niveles anteriores han sacado la casta por México. La sub17 ha disputado cuatro finales; de las cuales, han ganado dos. ¿Qué se han hecho esos jugadores que en el 2005 ganaron el primer campeonato? ¿Por qué no existió un seguimiento para llevarlos a la selección mayor con tal de lograr el tan anhelado quinto partido en un Mundial? ¿Puede existir un desajuste en la educación, como sucedió en el futbol? Claro que sí, son seres humanos con los que se trabaja, son personas que tienen sentimientos e interese propios. Difícilmente se podrá hacer responsable a una sola persona del fracaso de una estructura organizativa. No es el docente, no es el técnico, son intereses de las personas que se involucran es una serie de actividades para lograr un objetivo, así que siempre habrá una derrota más.


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