Aula activa, ¿en dónde?

Dr. Jorge Gutiérrez Alonso

El maestro Alfonso Monterrosa prepara la antología para el tercer parcial en esta nueva etapa del Marco Curricular Común, y empieza con el propósito formativo 6, y a su parecer no debería de tratarse en una sesión de matemáticas, si bien hay que contar, hay que obtener una magnitud también hay que especificar unidades, situación que ya involucra la asignatura de Física. Ver unidades de medida, equivalencias y conversiones no es para verse en Matemáticas, así lo percibe el maestro.

Pero ya esta ahí, ¿omitirlo? Ni pensarlo, así que se sienta en su computadora y empieza a planear cómo realizar de mejor manera esta nueva inclusión. Y piensa. Si hay que medir pues que midan el salón de clases, el tiempo que le lleva del portón de la escuela al salón de clases, la temperatura ambiente, cuanta masa tiene su celular, cuanta cantidad de agua hay en cada una de las botellas colocadas en la mesa. Para ello coloco en la hoja de actividades dos columnas, en la primera deberán colocar la medida sin instrumento de medición, como dijera la maestra Oglandina, solamente con “Ojo Clínico”.

En la segunda columna las mediciones las van a realizar con instrumentos de medición. Pensó también en medir talla, peso y tamaño de la cintura esto para contrastar con los datos obtenidos en una encuesta al inicio del semestre en donde se les pregunto a los alumnos, si con el dinero que tienen en casa ¿cuántos días, comen el plato del buen comer? El 85% del grupo contesto que 5 días a la semana. Por lo que la medición de masa corporal, cintura y talla podría arrojarnos la veracidad de las respuestas. El maestro no se atrevió a colocar esta actividad, podría traer problemas emocionales, pensó. Son alumnos entre 14 y 16 años.

Llegó el día de realizar la actividad, el maestro preparó las botellas de diferentes tamaños, una tarde antes, y les colocó la misma cantidad de agua era notorio qué las alturas variaban. Llegó al salón. Ese día amaneció lloviznando y el maestro pensó ir al salón de clases en la primera hora para refugiarse de la lluvia y esperar a que tocaran la entrada.

Al entrar y saludar, un alumno grito “todavía no tocan” el maestro preguntó si podía quedarse para refugiarse de la lluvia. Llegó el toque de entrada, dio unos cuantos minutos para que los alumnos se ubicarán en sus sillas. Pidió atención, los alumnos que estaban entrando platicaban con los que ya estaban ahí, cuando daba las instrucciones había murmullo, repitió dos veces la actividad, pidió que juntaran en equipos de 4 integrantes y comenzarán a llenar la primera columna.

Las medidas sin instrumentos, no intercambiaron comentarios respecto a la actividad, eran otros comentarios, dio 15 minutos para que realizaran esa columna. Después pidió que comenzarán a medir con los instrumentos que llevaban los alumnos. La ida al portón se complicaba por la constante llovizna que caía esa mañana de noviembre. Recogió la primera columna analizó algunos datos como la de una temperatura de 10°C situación que no puede suceder porque la mínima temperatura es de 15°C en las madrugadas, pero es lo que percibieron los alumnos. ¿Qué tanto les interesó la actividad a los estudiantes? ¿Puede ser esa respuesta una demostración del poco interés?

Las aulas activas así como se escribe, es imposible que suceda por esto territorios, en esta ocasión el salón tenía 30 alumnos, 15 alumnos no llegaron, posiblemente no pudieron salir de su casa por la lluvia matutina. Tener Internet para complementar la actividad planteada imposible. Se tiene más de un mes que el proveedor no puede arreglar la falla, cañón proyector, imposible. Solo hay tres para 15 grupos. Pegar carteles alusivos al tema. Es Pegar antes de la clase y quitarlo cuando termine, el docente no tiene aula propia por lo menos en el nivel medio superior en estas regiones. Solo el maestro de informática, el de laboratorio tiene su espacio propio, quizás compartido pero solo con un docente más.

Por eso se hace necesaria la pregunta aula activa ¿en dónde? Y puede hablarse que en el nivel escolar de preescolar, primaria, y quizás secundaria, en bachillerato no se puede hablar de un espacio activo, puede ser que la solución sea un espacio virtual de esos que hay para diversión, de los que se se colocan los lentes y observan paisaje mientras viajan en una montaña rusa, uno de esos espacios virtuales en donde se podrían ilustrar muchas imágenes, explicaciones ejemplos todo visto y escuchado, tener otra dimensión, si esto se pudiera conseguir si es que pudiera existir algo así y no porque no se pueda, simplemente por no ser económicamente rentable. ¿Quién quiere invertir en educación? Estos juegos servirían para que los alumnos no imaginen sino que observen que sucede. Si este “juego” existirá ¿ en dónde sería más viable? ¿En la escuela o en la casa?

El maestro Monterrosa recuerda cuando inicio en el magisterio, se hablaba de los distractores que perjudicaban a la enseñanza y se hablaba solo de una, la televisión. Ese aparato que hoy pudiera ayudarnos a tener una aula activa. Distracciones en la actualidad, depende de la ubicación en donde este la escuela, según el maestro Alfonso los videos juegos pudieran ser el principal distractor. ¿Y si se utilizan videos juegos educativos? ¿Quién de los empresarios que según están preocupados por la educación le invierte a los juegos educativos virtuales? ¿Quién ayudaría a los jóvenes a aprender? ¿Y si juntamos los distractores y hacemos una aula activa con ellos? Claro que se puede, pero ya se indicó las deficiencias en las escuelas, no hay Internet no hay salones suficientes para que cada docente tenga uno, y si logra tenerlo  son tres grados que enseña. Las aulas virtuales serian lo mas apegado a una aula activa.

El maestro regresa a su realidad y evalúa la actividad de su clase, contrasta la primera columna con la segunda, y se da cuenta que de los 10 equipos solo un equipo contestó correctamente el área del salón, o no supieron medir o no supieron la fórmula para  obtener el área. El maestro les preguntó ¿cuál era el problema? Un silencio se hizo en el salón de clases nuevamente pregunta. Nadie dice nada. ¿No quisieron o no pudieron? Siguen los alumnos en esa comparsa de ser rebeldes y no querer hacer nada, total al final de las evaluaciones se tendrá que colocar un 6 para que no reprueba y para que no se ausente de la escuela. ¿Quién podría determinar si la actividad cumple con una aula activa? De la lista de cotejo ¿qué puntos  se cumplen?  Con lo de internet ¿quién es el responsable de que exista en la escuela? El gobierno, los directivos de la escuela, el maestro o los padres de familia. Con qué instrumento de evaluación se evalúa ¿una escuela? ¿un aula activa? ¿Quién sería el responsable de esa evaluación? ¿Cuál es la realidad de las escuelas allá en la SEP?

Se necesita que las autoridades educativas tengan presente la manera en que aprenden los alumnos, al ingresar a cada institución deberían presentar su carnet con los aspectos socioemocionales a considerar, sus gustos por las materias y la manera de aprender. Con estos datos presentados a los docentes podrían realizar las secuencias didácticas tiras de las materias y determinar como propuesta unas sesiones de aula activa.


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