La reforma, entrará en vigor a partir del pasado lunes 17 de febrero. Intentando con ello dar parte de una solución a la toma de instalaciones en la que se encuentra desde noviembre del año pasado, cuando grupos feministas comenzaron a tomar los establecimientos y a exigir una respuesta ante la violencia de género.
El Consejo Universitario ha aprobado una reforma del estatuto para incorporar a la violencia de género como una infracción grave.
De acuerdo con las manifestantes que tienen tomada las Facultad de Filosofía y Letras, las reformas son insuficientes. Las exigencias, explican, es que se establecieran sanciones específicas para el acoso, el abuso y la violación, sin embargo esto no ha sido considerado.
Jorge Volpi encargado de Difusión cultural de la UNAM comenta que dicha exigencia será tratada en marzo, dado que la propuesta no llegó en tiempo a la Comisión de Legislación del Consejo Universitario. Las manifestantes también proponen que el Tribunal Universitario sea independiente o, en su caso que exista participación de las estudiantes, sin embrago tampoco se ha considerado dicha promulgación
En 2016 se activó el protocolo contra la violencia de género en la UNAM, y se tiene registro de 1.104 denuncias por abuso y acoso sexual, dentro de la institución de las que se han procesado menos de la mitad. Desde 2018, se tiene registro de que seis mujeres han sido asesinadas en la UNAM. La problemática de abuso sexual, los crímenes contra las mujeres y la inseguridad dentro de la UNAM no son nuevos en un país que cuenta con un promedio de 10 feminicidios diarios, de acuerdo con las estadísticas oficiales. sin embargo parece haber llegado a un punto de quiebre. Las reformas impulsadas, dan esperanza a una comunidad desgastada por la impunidad y el miedo cotidiano.
En tanto Jorge Volpi sentencia que universidad se está haciendo consciente de la desigualdad y violencia de género que se presenta, a partir de las movilizaciones feministas que han sacudido al país los últimos años. “La Universidad tiene que actuar ya, pero ojalá estos movimientos deriven en una toma de conciencia de nuestra sociedad, que provoca, admite, tolera y encubre la violencia de género. Es, sin duda, una prioridad”
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