La experiencia del Covid-19.

Lic. Lizbeth Marina González López.

Educación es un término que tiene eco en el ser humano desde la concepción del ser: los padres se preguntan ¿cuál será el mejor método de educación para su hijo?, los psicólogos trabajan constantemente en dar a conocer mejores corrientes educativas, el Estado propone constantemente innovaciones en la educación. El Dr. Guillermo Fossati, en su artículo Una persona educada, expresa que el término se asocia a <<una simple acumulación de aprendizajes y competencias adquiridas en la educación formal […] El término va más allá. Refiere al pleno desarrollo de la persona; sus actitudes, conductas y conocimientos. Implica que la persona esté “equipada” con otras capacidades y habilidades.>> Lo esencial en la vida humana es la educación. En medio de la vivencia del COVID-19, la educación es fundamental, se hace presente como una necesidad del ser, aún en “confinamiento”.

Aún cuando no se trate de contenidos programáticos, es importante que, como sociedad en medio de esta pandemia, experimentemos la educación en  salud y medidas higiénicas básicas, educación financiera para poder afrontar el golpe a la economía derivada de esta crisis; reflexionemos acerca de la educación ambiental, nos entrenemos en una educación emocional o espiritual, que se observe la importancia y complementariedad de la educación física como parte de nuestra vida, se fomente la educación artística y tecnológica. En pocas palabras, el COVID -19 ha venido a mostrar que la sociedad mexicana requiere de una educación integral para mejorar su respuesta a obstáculos como éste.

El aislamiento social nos impulsa, más que nunca, a la creatividad. Somos seres naturalmente creativos, cualidad que se potencia frente a situaciones específicas: el hombre primitivo tuvo que hacer uso de su espíritu creativo -incipientemente científico y observador- para poder dar lugar a legados como el descubrimiento del fuego, el empleo de pinturas rupestres para la comunicación, la creación de herramientas o instrumentos rudimentarios, por citar algunos ejemplos. Hoy día, nos hemos enfrentado a las interrogantes: ¿Cómo hacerle llegar a los alumnos los contenidos a desarrollar? ¿Cuál es el medio más viable para que el mayor porcentaje de jóvenes, niños y adolescentes puedan mantenerse motivados en el trabajo y continuidad de este curso escolar? La respuesta para muchos es el uso de la tecnología. Este término, en sentido estricto, no se refiere únicamente al uso de herramientas digitales. Es aquí donde hemos conocido casos de absoluta creatividad por parte de maestros, quienes (conscientes de que hay poblaciones de nuestro país donde aún carecen del privilegio de dichas herramientas) han creado sus propios canales de enseñanza: la utilización de la radio para llegar a sus estudiantes, comunidades donde los profesores han pegado en lugares estratégicos “carteles” con las actividades y tareas escolares, así como la reflexión y toma de conciencia de un cambio necesario tanto en maestros como alumnos. Maestros positivos, que confían en la capacidad de aprendizaje y disposición de los educandos; estudiantes dispuestos a construir su aprendizaje por diferentes vías y medios, pero con orientación y guía de su profesor. Esperemos que al regresar a clases tengamos más juegos, más música, más pláticas, baile, sketches, una escuela viva con menos dogmas y actitudes acartonadas en las aulas.

Otra enseñanza recibida es, sin duda, que podemos estar aislados del contexto social pero no solos. Es en la unidad social que se logra la evolución y el aprendizaje más significativos para el ser humano.  La tecnología digital ha venido a aportar mucho para esa unidad social plenamente activa. La cuarentena ha sido el gran motivador para formarnos en línea en diversas áreas (muchas veces de forma gratuita): clases de yoga, de pintura, de dibujo, cursos y diplomados académicos, instrumentos musicales, pilates, costura, tejido, idiomas… un sinfín de aprendizajes y habilidades que contribuyen a emplear el tiempo de manera útil y entretenida, redundando además, en una mayor preparación en diversas áreas.

Aparte del ámbito educativo, al cesar la temporada más grave de esta pandemia, la sociedad en general (comercio, salud, gobierno) deberán ser muy creativos para hacer resurgir todos esos ámbitos que están siendo tan golpeados.

Al final, si hacemos un recuento de lo positivo y lo negativo que nos ha dejado esta experiencia, observamos que hay aspectos negativos, pero que entre lo positivo se puede enumerar: la unidad de la sociedad como reto y la premisa de que una sociedad educada (en todos los ámbitos) afronta mejor cualquier situación a nivel personal y como país. A propósito del mes de mayo, la crisis del COVID-19 evidencia que es importante contar con recursos diversos para la enseñanza pero sobre todo, pone de manifiesto la  insustituible presencia del docente que orienta, guía, comparte y le da el carácter cálido y humano a la educación. ¡Un abrazo y reconocimiento a todos los docentes en su día!

*Fossati, Guillermo; mayo, 2020; Una persona educada; El Observador; https://www.elobservador.com.uy/nota/una-persona-educada-2016552000

Lic. Lizbeth Marina González López

lizmarina.gl@gmail.com

  • Licenciada en español media con especialidad en español.

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