Hacia dónde va la educación a distancia en México

Dr. Jorge Francisco Barragán López

COLABORACIÓN DE:

Mtra. Urith Nereida Ramírez Mera
urith.ramirez@uaq.mx
Estudiante del Doctorado en Tecnología Educativa de la Facultad de Informática de la Universidad Autónoma de Querétaro.

Mtra. Shaila Alvarez Junco
shailalvarez@yahoo.com
Estudiante del Doctorado en Innovación en Tecnología Educativa de la Facultad de Informática de la Universidad Autónoma de Querétaro.

La educación escolarizada

Antes de hablar de educación a distancia, iniciemos por saber qué pasa con la educación escolarizada; de acuerdo con datos proporcionados por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en su “Anuario Estadístico de Educación Superior – Licenciatura, modalidad escolarizada del ciclo escolar 2018-2019”, refieren que a nivel nacional se ofertó más de un millón de lugares en Programas Educativos de Técnico Superior Universitario, Licenciaturas en Educación Normal, Licenciaturas Universitarias y Tecnológicas, esto tanto en instituciones públicas como privadas; sin embargo, más de cuatrocientas mil personas no pudieron obtener un lugar en estas ofertas educativas, es decir, que sólo se cubrió el 72.31% de esas expectativas de ingreso a este nivel educativo. Pero, si tomamos ese 72.31% como el 100% de aspirantes que lograron un lugar, los datos indican que sólo se inscribió el 77%, o sea que finalmente no se ocuparon todos los lugares, por lo que la matrícula total de nuevos alumnos y los existentes de este segmento en ese ciclo escolar, llegó a los 3, 702 799 estudiantes.

ANUIES no especifica por qué se da esta diferencia entre los que alcanzaron un lugar y los que sí se inscribieron, pero suponemos que se trata de una serie de variables relacionadas con la situación económica de los solicitantes (recordemos que el dato involucra tanto a instituciones públicas como privadas), accidentes, enfermedades o cambios de domicilio de última hora.

La educación no escolarizada

En lo que se refiere al mismo nivel educativo, en el mismo periodo, pero en la modalidad no escolarizada, ANUIES señala que los lugares ofertados fueron más de 400 mil, frente a una solicitud de 445 559 aspirantes. Aquí podemos ver que la oferta de espacios fue superior a la demanda, aunque ya en el registro de estudiantes de primer ingreso sólo llegó a los 232 828 estudiantes, es decir que sólo el 50.74% realmente se inscribieron a un programa educativo no presencial de este nivel, lo que finalmente dio una matrícula total de nuevos alumnos y los existentes de 641 411 estudiantes; es decir que esta modalidad sólo alcanzó un 17.32% de estudiantes comparados con los que optan por la modalidad escolarizada.

Sin embargo, vemos en un estudio realizado por la Asociación de Internet.mx (2018) en el que se señala que el 74% (de 1128 participantes de la muestra) de usuarios de Internet, están interesados en estudiar, principalmente para tener un mejor trabajo y en una buena medida para trabajar en empresas transnacionales o en el extranjero. Para ello los interesados buscan que las universidades ofrezcan, entre otras cosas, que los Planes de Estudios respondan a los requerimientos del mercado laboral, donde los estudiantes puedan aprender a través de casos prácticos y a su vez contar con retroalimentación continua por parte de sus profesores.

Ese mismo informe también señala que en promedio el 76% de los internautas buscan las ofertas educativas en Internet debido a la rapidez de la información; aunque en general están acostumbrados a estudiar en una modalidad presencial, comienzan a optar por modalidades mixtas o identifican las ventajas que les da la modalidad a distancia. De acuerdo al informe, los internautas creen que la modalidad en línea les exige tener mayor responsabilidad, proactividad y dedicación, por lo que las empresas deben prestar atención a los beneficios (competencias) que les otorga esta modalidad.

La educación a distancia como agente disruptor de la educación

Clayton M. Cristensen, desde 1977, fue quien nos habló sobre el término innovación disruptiva, donde planteaba que las nuevas tecnologías causarían la caída de grandes empresas. En esta primer obra Christensen intentaba explicar por qué el avance tecnológico podría llevar a las empresas tradicionales a sucumbir, al explicar que si se es capaz de sustituir un servicio por otro donde se usen nuevas tecnología se produce una ruptura.

Algunas tecnologías que han sido disruptoras en nuestra vida diaria y en educación, si entendemos ésta como un proceso social, ha sido el teléfono, hoy en día el teléfono fijo se usa cada vez menos, porque los teléfonos celulares han venido a sustituir no sólo la función de los teléfonos fijos que era la comunicación y eso que en algún momento de la educación a distancia las líneas fijas eran transmisoras de voz y datos. Pero el uso del celular ha ido más allá y ahora lo utilizamos para tomar fotos y a su vez pasamos de la foto analógica a la foto digital; como también pasamos del acetato al uso de software o aplicaciones en línea para presentaciones; del correo postal al email; de la máquina de escribir al procesador de palabras; del libro impreso al ebook. Todas ellas innovaciones tecnológicas disruptivas, sustituciones progresivas de productos o de servicios.

Ante esto podríamos plantearnos cómo hace 20 o 30 años escuchábamos música, cómo nos informábamos, cómo tomábamos fotos y almacenábamos la información, cómo nos llegábamos a comunicar unos con otros, cómo veíamos películas, cómo reservábamos viajes, hoteles, comprábamos, etcétera, etcétera; y así podríamos seguir agregando elementos comparativos en donde ciertamente se han producido cambios.

También nos podríamos preguntar cómo educábamos hace 20, 30 o 40 años, cómo enseñábamos, cómo aprendíamos. Entonces, la pregunta clave sería ¿lo estamos haciendo de forma distinta? Si no es así ¿habría que cambiar si sabemos que el mundo que nos rodea es un mundo globalizado, digitalizado e hiperconectado, que se caracteriza por un veloz cambio constante?, ¿sabemos qué pasará dentro de otros 10 o 20 años? Cuántas cosas nos vamos a perder cuando dejemos de estar en este mundo, por la velocidad con que se van dando los cambios, las disrupciones, los aportes de las tecnologías.

En este mundo que está caracterizado por ese cambio permanente, no les parece que sería lógico preguntarnos ¿y la educación? A esta constante, este elemento tan fundamental en la vida y el desarrollo de las sociedades ¿la aislamos de lo que sucede en ese mundo digital? Miremos a nuestro alrededor y veamos qué educación se está haciendo en algunas instituciones en algunos países. Ante esa pregunta daríamos esta respuesta: si la educación, específicamente la que se tiene en nuestro país, realmente no logra rectificar su sentido y en una postura muy piagetana, adaptarse y acomodarse a este mundo digital, creemos que, quizás sea dramático decirlo, será una educación caduca.

Porque este mundo digitalizado, globalizado, tecnologizado es el de los estudiantes, el de los niños, de los adolescentes, de los jóvenes que hoy pueblan nuestras aulas. Ellos son muy diferentes y se han generado muchos debates con acuerdos y desacuerdos, sobre los ‘nativos digitales’ y sus diferencias con los ‘residentes digitales’. No entraremos en ese detalle, pero la vida de estos niños, adolescentes y jóvenes que tenemos en nuestros colegios, en nuestros bachilleratos y en nuestras universidades, viven gran parte de su vida en línea.

¿Cuántas horas pasan en el celular, cuántas en la tableta o en la computadora? Las relaciones que establecen con otros suelen ser más relaciones de intereses que se generan a través de las redes sociales, más que verdaderas amistades que eran las relaciones de presencia física que teníamos anteriormente. Estos niños, adolescentes y jóvenes pertenecen a un montón de comunidades virtuales, por lo que a muchos les cuesta distinguir entre lo real y lo virtual.

Demandan información ágil, inmediata, a golpe de clic, así que no quieren esperar a mañana si necesitan información, porque realmente la red Internet se las está ofreciendo de manera inmediata. Gustan de la multitarea, que muchas veces a los mayores (padres y educadores) nos desconciertan, pero aprenden mejor. Utilizan los textos clásicos pero con gráficos y audiovisuales. Obviamente esto en educación significa que NO debemos eliminar los textos, porque éstos motivan e incentivan a la reflexión, pero ahora a través de un mundo gráfico, audiovisual, porque les es más atractivo.

Sabemos que aprenden bien, que entienden muy bien la forma de navegar, la forma hipertextual de navegar, que gustan de aprender jugando y todo lo que tiene relación con la gamificación y que también les gusta compartir su identidad digital. Aquí tendríamos que poner una alerta para padres y educadores del compartir esa identidad digital, pero no es parte de este texto, pero dejamos esa alerta para que la tengan presente.

Ante los ‘nativos digitales’, a veces los adultos y educadores, ‘residentes digitales’, se asustan, dicen que ellos, los nativos, saben demasiado, porque les tenemos que preguntar cómo se manejan los dispositivos o cómo se manejan los software y las aplicaciones en línea; pero los nativos a veces no saben qué hacer con la información, claro, porque el problema es que los criterios que tienen para la búsqueda, para el procesamiento, para la selección y para el almacenamiento, no son conocidos del todo, pero para eso estamos los adultos. Y qué sucede si los adultos no intervenimos por miedo a que no vamos a saber cómo llevar estos conocimientos a los estudiantes, pues resulta que los vamos a dejar así, nativos, y si son residentes probablemente los vamos a dejar inmóviles. Tengamos en cuenta esta reflexión y no demos un paso atrás, sino un paso adelante, porque estamos obligados como educadores a darlo en esta sociedad digital.

¿Y entonces la educación a distancia qué es lo que nos trae? Es una opción, pero más cercana a lo disruptivo. Está en camino de serlo en algunos niveles educativos, está probablemente en camino de llegar a sustituir procesos más convencionales. Las variantes con que se presentan modelos, sistemas, programas e instituciones de educación a distancia, depende de muchas variantes que son muy diferentes y que no dependen sólo de una concepción filosófica, tecnológica o pedagógica, sino también de los apoyos que da la política educativa y la sociedad, a través de las necesidades educativas que se tengan.

¿Cuáles son las necesidades reales, cuáles son los grupos destinatarios a los que queremos dedicar un programa educativo? Mucho va a depender de los recursos tecnológicos puestos en juego, los de la institución pero también los que puedan tener los receptores; por ejemplo, no háganos recursos educativos muy sofisticados porque un usuario en una comunidad alejada de importantes centros de población, tal vez ni siquiera tiene corriente eléctrica y naturalmente, también va a depender del modelo institucional que se pretende imponer.

La modalidad a distancia en muchas de nuestras instituciones se trata de instituciones morales, es decir, que tienen tanto presencia física como a distancia, aunque ya hay muchas instituciones que sólo se están enfocando en la actividad a distancia. Lo importante es que si vamos a hablar de educación a distancia debemos entenderla como un diálogo didáctico mediado, sea éste asíncrono o síncrono. Pero no podríamos hablar de disrupción si sólo se rompe con esa separación física, hablando de educación. Si esta modalidad no rompe con esa relación para que el estudiante pueda controlar una serie de variables curriculares, no hay disrupción.

Las tecnologías se utilizan también en la educación presencial, pero en esta modalidad la tecnología se utiliza como complemento, como herramienta, en la educación a distancia es una necesidad y aunque hay una dependencia con la tecnología ésta tendrá que llegar a sustituir, a romper con algunos niveles del sistema educativo. Además, la mediación tecnológica que se hace entre docentes y estudiantes es porque precisamente están separados, ubicados en espacios diferentes, para aprender de forma independiente o de forma grupal, pero siempre tendiendo a la personalización.

Lo que debe interesar en educación a distancia es que el educando sea realmente considerado como persona y que después logre una serie de competencias, para que se pueda integrar plenamente en la sociedad. Sí, la enseñanza presencial puede ser eficaz, pero también es mala, lo mismo pasa con la educación a distancia, aquí es donde surge otro planteamiento: la calidad de los procesos educativos a distancia.

Estudios realizados en el 2009 por el Departamento de Educación de los Estados Unidos, donde se llegaron a revisar más de un millar de estudios empíricos de aprendizajes en línea, se concluyó que los estudiantes en línea obtenían mejores resultados que los estudiantes presenciales. En 2015 un informe preparado para la UNED de España, muestra evidencias de la efectividad de los formatos no presenciales, comparables o mejores que la enseñanza presencial. En el 2017 otro estudio señala que el 63% de líderes mundiales en diferentes campos, consideran a la educación digital como fundamental para establecer estrategias institucionales a largo plazo.

Políticas educativas y reformas educativas

A los políticos, como parte de la sociedad, debería importarles que la educación sea de calidad y que esta educación de calidad sea en formato presencial o en formato a distancia se dé en entornos laborales adecuados. Mucho se ha hablado de la “reforma educativa”, tanto del gobierno anterior como del nuevo, pero sigue siendo una reforma laboral, no educativa, pues no se han analizado a fondo las características de la niñez mexicana, de los adolescentes y de los jóvenes, de su entorno y de su futuro ante el panorama laboral y las demandas y necesidades globales.

Hay una enorme cantidad de retos que si ahora mismo hiciésemos una tormenta de ideas, podríamos agregar muchos más de los que aquí podríamos plantear. Pero queremos dejar esto para su reflexión: luchar por la credibilidad y, cómo se hace esto, pues estudiando y haciendo buenas prácticas educativas.

El dilema entre la masificación (hacer efectiva la educación pública, laica y gratuita, reducir brechas entre las minorías, eliminar los exámenes de admisión, etc.) y la personalización de la educación, no son necesariamente incompatibles. Sobre esto podríamos discutir, porque se puede optar por llegar a más personas, a más clases desfavorecidas, a más rincones del país o llegar a hacer un esfuerzo mayor por la calidad y la personalización, sin olvidar nunca las bases teóricas y los principios pedagógicos básicos para realizar buenas prácticas educativas.

Si los marcos regulatorios, que actualmente no preparan a los docentes lo suficiente para enseñar en forma presencial, mucho menos lo hacen para hacerlo en la modalidad a distancia o para utilizar las herramientas digitales, por lo que hace falta una capacitación seria, unas estrategias claras para capacitar y la superación de las resistencias que ponen las personas y las instituciones. Resistencias que no siempre son malas, porque éstas nos hacen afinar nuestras propuestas, nuestros proyectos, por lo que serán necesarias para superarnos.

Una verdadera reforma educativa debe contemplar innovaciones que estén enfocadas a la mejora, en este caso de los aprendizajes, a la satisfacción de los estudiantes, de todo el entorno y sobre todo del futuro. Pues miren, el futuro, según un informe de 2018 de la Universidad Oberta de Catalunya, las tendencias eran por el aprendizaje móvil y por la evaluación, por los MOOC con realidad virtual, por la gamificación y por la educación basada en datos. Si alguno de ustedes está trabajando en estos temas, ya está en el camino correcto, porque es el camino hacia la transformación digital de la educación, hacia nuevos espacios educativos que se abren fuera de las aulas convencionales y hacia las nuevas tecnologías que ya son una auténtica necesidad hoy en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Evidentemente esto no sólo se debe dar en la educación a distancia, sino también en la educación presencial, porque la transformación digital se está imponiendo y se debe imponer, si no lo han visto deben ustedes dar el paso al frente, porque si no hacen tengan la completa seguridad de que van a venir otros a ocupar ese lugar.

REFERENCIAS

ANUIES. (2019). Anuarios Estadísticos de Educación Superior. Obtenido de Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior: http://www.anuies.mx/informacion-y-servicios/informacion-estadistica-de-educacion-superior/anuario-estadistico-de-educacion-superior

Asociación de Internet. (2018). Educación en línea en México. Obtenido de Asociación de Internet: https://www.asociaciondeinternet.mx/es/component/remository/Educacion-en-Linea-en-Mexico/lang,es-es/?Itemid=

Christensen, C. (2019). Clayton Christensen. Obtenido de http://claytonchristensen.com/

GitBook. (2019). Conceptos y definiciones. Obtenido de Disrupción: https://dianadiazg81.gitbooks.io/conceptos-y-definiciones/content/

Dr. Jorge Francisco Barragán López

jfbarragan.lopez@gmail.com

  • Doctor en Psicología y Educación, con mención honorífica
  • Maestro en Administración con especialidad en Recursos Humanos
  • Licenciado en Psicología Educativa

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