Experiencias durante el confinamiento

Mtro. Diego Isidro Díaz Pérez.

La educación a distancia durante el confinamiento que comenzó hace poco más de un año nos ha traído diferentes aprendizajes a lo largo de este tiempo. Quisiera comenzar diciendo que estos meses han sido difíciles para los docentes y directivos. Es evidente que a estas alturas del ciclo escolar, los profesores, los directivos, los estudiantes están cansados y con altos índices de estrés; acoplarse a las nuevas tecnologías, haber aprendido sobre la marcha en muchos casos, ha supuesto un desgaste importante tanto en lo emocional como en lo físico.

Las jornadas laborales para los encargados de la educación han sido más largas, tuvieron que reajustar sus horarios, es decir, “deben estar disponibles” mucho más tiempo fuera de su horarios de clases o las jornadas de trabajo. Existe un “bombardeo” de información por los diferentes medios de comunicación lo cual ha saturado a los docentes. Así pues, el haber acoplado su hogar como salón de clases ha resignificado los espacios personales lo cual ha forzado en muchos casos cambiar la dinámica diaria.

Otra de las experiencias más complicadas ha sido el enganchar a los estudiantes a las clases. La distancia ha cambiado la manera de establecer las sesiones de clase, se ha tenido que realizar varios ajustes que si bien los resultados en varios casos se pueden considerar aceptables o positivos, también esto ha implicado destinar mucho más tiempo de lo habitual para buscar e implementar nuevas estrategias de aprendizaje.

Por otro lado, una de las mayores preocupaciones como colectivo ha sido la poca comunicación con algunos estudiantes. La escasa interacción con algunos ha sido por múltiples factores como: la falta de hábitos, poco seguimiento, interés en casa, dificultades económicas o situaciones personales. Esto ha provocado, en muchos casos, que se tenga que cambiar algunos aspectos de la evaluación y de la currícula, se ha tenido que valorar otros aspectos, es decir, se ha medido el avance y el desarrollo de los alumnos con base a otros parámetros como su condición socioemocional y socioeconómica.

Ahora bien, partiendo del último punto y de las experiencias que han sido positivas, considero que tanto los directivos como los docentes han trabajado en cuenta los aspectos personales durante de este tiempo. Se ha trabajado mucho más en ello y esto ha permitido reconocer las necesidades y circunstancias por las cuales todos hemos atravesado durante esta pandemia. Al mismo tiempo, se ha trabajado en el reconocimiento de las emociones, en la comunicación asertiva, en la resiliencia y en la toma de decisiones.

Este tiempo ha sido complicado y el acompañamiento de los directivos hacia los docentes, y de los profesores hacia los estudiantes y los padres de familia ha sido fundamental para el desarrollo del curso y ha ayudado a sobrellevar las cargas de estrés. Estos espacios de diálogo nos han servido para compartir lo que sentimos y reconocernos como miembros de una comunidad.

En este mismo sentido, la comunicación ha sido más constante entre la comunidad educativa, ante la ausencia durante muchos meses de la interacción presencial, se ha buscado la manera de informar lo que sucede, así como los nuevos pasos a seguir  a lo largo del confinamiento, lo cual ha implicado el establecimiento de nuevos canales de comunicación que no se debería de perder.

Por otra parte, el haber regresado a clases de manera presencial en las últimas semanas de forma “híbrida” ha sido un aliciente para todos, lo cual ha servido para valorar las dinámicas presenciales, así como todo el trabajo que desarrollan y han desarrollado a lo largo de los meses todos los integrantes de las comunidades educativas, sobre todo, creo que nos apreciarnos como personas fuera de los roles que jugamos en los centros educativos.

Por último, aún tendremos que esperar cómo será el inicio del siguiente ciclo escolar, habrá que estar al pendiente si podemos regresar a las aulas como normalmente estábamos acostumbrados o seguiremos administrando la presencia del alumnos. De lo que sí estoy seguro es que esto ha sido un gran viaje, hemos encontrado nuevas formas de enseñar y que el aprendizaje es y seguirá siendo constante. Esta situación nos ha cambiado a todos; lo importante será no olvidar todo lo que hemos aprendido durante este confinamiento para aplicarlo en nuestras prácticas educativas.

Mtro. Diego Isidro Díaz Pérez.

diegodiaz.pz@gmail.com

  • Maestría en letras por parte de la Universidad de Granada.
  • Licenciado en comunicación y filosofía por la UNIVA (con mención honorífica).

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