Educación 4.0 “Aprender en la modernidad”

Mtro. Andrés Godínez Bustos

El aspecto tecnológico en las nuevas formas de comunicación e información.

Sobra decir que estamos en presencia de vertiginosos cambios en las formas en que nos comunicamos, no sólo a nivel familiar y social, sino en los campos de la educación y del trabajo. Las plataformas, modos y medios de comunicación surgen por todo el mundo, y las herramientas conocidas se utilizan como medios de comunicación en la docencia y en las formas laborales entre pares y de subordinación, derivadas de una pandemia universal y de necesidades particulares al seno de las empresas, que buscan reducir costos financieros, humanos y de tiempo.

Así, las diferentes plataformas de comunicación son utilizadas a su máxima capacidad y expresión, tanto como las diversas de información, que arrojan una gran responsabilidad al alumno, pues deben ser validadas por el profesor, quien también se muestra comprometido a conocer los contenidos de sitios de internet, que en ocasiones son encontrados y utilizados antes que el mismo mentor, por la natural actividad juvenil del educando, al “navegar” durante una gran parte del día, como un modo de vida mundano y cultural de relacionarse y tratar de investigar temas variados, sumado a la diversión y el entretenimiento personal.

Es entonces donde estas nuevas herramientas deben estar sujetas a un escrutinio del plantel educativo, ya que al encontrarse dispuestas para ser utilizadas en todo el mundo, pueden ser bastiones de tendencias que no convienen a la sana convivencia de las sociedades, y con mayor razón en los noveles aprendices de la ciencia que se encuentran en la aulas, con poca experiencia en el manejo de doctrinas negativas, que utilizan la información docente para adoctrinamientos escondidos o subliminales, perjudiciales para el ser humano.

En buen sentido, las tecnologías suponen la transmisión de conocimientos en el instante en que se producen a distancia, con el maestro en un sitio, tal vez desde su casa, transmitiendo y realizando exámenes a los alumnos, quienes estarán “conectados” desde sus dispositivos móviles o fijos, incluso teniendo a la vista al profesor que les habla y ellos asimismo mostrándose al facultativo a través de sendas pantallas, con preguntas y respuestas directas, a manera de la interacción que se sucede en el salón de clases.

Esta cada vez más utilizada forma de comunicación, sobre todo en éstos momentos de pandemia global, desafortunadamente excluye a un segmento del alumnado que carece de los recursos económicos para comprar y utilizar un dispositivo electrónico y disponer de una cuenta de servicio de internet, sin embargo, existe una tendencia de abaratamiento de éstos medios y el alumno que no quiera rezagarse deberá encontrar la formas para ingresar a la modernidad, pues de no ser así, la inercia de las actividades tecnológicas le dejará en desventaja de forma y contenido, con repercusiones en su calidad de aprendizaje.

La adaptación del maestro y alumno a formas flexibles de docencia y aprendizaje

Acorde a lo antes dicho, la entrada a las nuevas tecnologías y formas de la interacción educativa, no es automática, pues supone también un aprendizaje mutuo entre alumno-maestro que se irá depurando y perfeccionando a través del tiempo y el ensayo permanente y cotidiano de las actividades escolares semi presenciales o a distancia.

La realización de “tareas” donde el alumno disponía de toda una tarde para investigar, se volverán en un segmento continuo de las clases que recién habrá tenido y le darán continuidad para absorberle todo el día, si acaso no ejerce un trabajo de subsistencia, pero con la ventaja de evitarse los traslados al plantel escolar y los gastos económicos que ello conlleva.

Ambas partes se disponen a sentarse frente a la pantalla para llevar a cabo la actividad concerniente  a la educación, y para ello, en su entorno se “mueven” una serie de distractores que deberán ser controlados y superados, a fin de lograr un ambiente de eficaz aprendizaje, es por ello que la adaptación a estas nuevas formas deberá ser paulatina y progresiva, de manera tal que la interacción familiar o laboral no medre en la calidad de la enseñanza, insistimos, tanto por el maestro en la dinámica que le rodea, así como en el alumno y el lugar desde donde asume una posición en cada sesión.

Esto supone también un cambio en el criterio del maestro, que deberá migrar a una mentalidad flexible, ante diversos acontecimientos que no pueden ser controlados, como la falla en las transmisiones derivadas de problemas de las compañías que brindan los servicios de comunicación por internet, o diversas que contiene  el entorno familiar de cada uno, por ello, el alumno sobre todo deberá estar dispuesto a proponer otros medios de implementación de la educación al maestro, quien estará abierto a valorarlo, en aras de que su mensaje llegue con calidad y oportunidad al discípulo, salvando las dificultades técnicas y de hecho que están surgiendo en la diaria tarea de enseñar y aprender.

Las nuevas habilidades y competencias en el siglo XXI

Ya se puede observar dentro de los ambientes laborales en los despachos de asesoría en el área legal, las diferentes capacidades que desarrollan algunos estudiantes con trabajo de medio tiempo o dentro de sus pasantías, al diferenciarse del resto de los aprendices por su notable acceso a los medios tecnológicos de búsqueda e investigación, al consultar sitios especializados que les abrevian el tiempo de búsqueda y resolución de los asuntos que les son encargados por los titulares de las firmas de consultoría.

Precisamente éstas habilidades han sido desarrolladas desde las aulas y a través de una curiosidad para detectar los sitios de guarda de información más acordes a la rama científica que se estudia, capacidad que debe ser propugnada desde la silla del maestro, el cual debe motivar esta constante localización de herramientas que desarrollen nueva habilidades en el colegial, o en el que se adentra en los primeros pasos del ambiente laboral, incluso aquél que manteniéndose en un ambiente escolar, ya avizora el umbral de los primeros pasos que deberá dar en el ámbito de las responsabilidades profesionales.

Es de este modo, que las competencias entre escolares que un día ingresarán al campo laboral, también evolucionan a la par de las tecnologías y modos de aprendizaje que surgen a velocidades antes desconocidas, con variantes que se llegan a dar durante cada ciclo docente y con perfiles de alumnos egresados, que se ven superados por estudiantes que dispusieron de técnicas novedosas que inciden en sus capacidades de resolución y eficiencia, en una carrera que no termina y que tiene como horizonte el mismo transcurso  del avance tecnológico.

Interacción y trabajo en equipo

Vemos en tiempos actuales que “el único animal que está condenado a extinguirse, es el que lucha solo”, es por ello que las actividades multidisciplinarias se hacen necesarias dentro del trabajo en equipo, y las especialidades en el saber se van acomodando dentro de los planes de estudio de los planteles que imparten enseñanza universitaria y de posgrado.

La actividad en el campo laboral se ve modificada por el egreso del educando que ha recibido una instrucción cada vez más especializada y moderna, que en conjunto con la experiencia de los decanos, arrojan un producto de calidad que refleja la buena enseñanza y la consultoría colegiada para satisfacer los requerimientos de cada cliente en especial.

Por ello, la interacción a través de “chats” electrónicos entre personas de una misma institución escolar, así como en el seno de las empresas de producción o servicios, se hace una necesaria continuidad de lo aprendido en las aulas, donde en dicha catarsis positiva ha estado inmiscuido también el profesor, que dadas las novedosas circunstancia en la docencia, exige la renovación de los planteles de maestros, pues algunas valiosas generaciones de fundadores ya no comprenden esta temática y han escapado al manejo de los dispositivos electrónicos, para el trabajo en grupo dentro y fuera de los salones de clase, en presencia y a distancia.

La finalidad última: aprender en la modernidad

Cualquiera que sea la actividad, modificación, flexibilidad o sugerencia que se haga en este nuevo aprendizaje tecnológico y cultural, deberá buscar siempre el fin último del conocimiento: su raciocinio y permanencia en el discípulo, con un aprendizaje significativo o constructivo en el que el alumno adquiere de manera escalonada unos conocimientos nuevos mediante relaciones con los que ya tenía.

El aprendizaje del alumno depende de la estructura cognitiva previa que se relaciona con la nueva información, pues debe entenderse por “estructura cognitiva” al conjunto de conceptos e ideas que un alumno posee en un determinado campo del conocimiento, así como su organización. En el proceso de aprendizaje, es de vital importancia conocer la estructura cognitiva del alumno. No sólo se trata de saber la cantidad de información que posee, sino cuales son los conceptos y proposiciones que maneja así como de su grado de estabilidad con herramientas modernas. Un aprendizaje es significativo cuando los contenidos son relacionados de modo no arbitrario y sustancial (no al pie de la letra) con lo que el alumno ya sabe. Por relación sustancial y no arbitraria se debe entender que las ideas se relacionan con algún aspecto existente específicamente relevante de la estructura cognoscitiva del alumno, como una imagen, un símbolo ya significativo, un concepto o una proposición. Esto quiere decir que en el proceso educativo, es importante considerar lo que el individuo (maestro y alumno) ya sabe de tal manera que establezca una relación con aquello que debe aprender en los tiempos modernos y con la nueva tecnología. El aprendizaje constructivo ocurre cuando una nueva información interrelaciona con un concepto relevante existente en la mente del alumno, esto implica que las nuevas ideas, conceptos y proposiciones pueden ser aprendidos significativamente en la medida en que otras ideas, conceptos o proposiciones relevantes estén adecuadamente claras y disponibles en la estructura cognitiva y que funcionen como un punto de “anclaje” a las primeras, aun utilizando las tecnologías de la información y docencia.

Vemos entonces que el aprendizaje es un proceso activo y socialmente mediatizado, hoy sobre todo, por los dispositivos electrónicos y los sitos de internet. A diferencia de la docencia tradicional y la designación de un libro de cabecera para cada materia, a la usanza antigua, hoy la vida cotidiana del alumno propone una actividad culturalmente determinada y contextualizada, pues es el propio medio de tecnología humana la que proporciona al sujeto los mediadores que éste emplea en su relación con los objetos, tanto las herramientas como los signos electrónicos de internet, pero especialmente estos últimos, puesto que el mundo social es esencialmente un mundo formado por procesos simbólicos, entre los que destaca el lenguaje no hablado, y sólo visto a través de una pantalla.

En la teoría actual de la individualidad del discípulo, en el desarrollo del alumno aparece un concepto clave muy importante: la zona de desarrollo potencial que corresponde al conjunto de actividades que el alumno puede hacer por sí mismo, de un modo autónomo, sin la ayuda de los demás, en un nivel que podría alcanzar con las otras personas, es decir, en interacción con los otros, en este caso de compañeros de escuela. Para llegar al conocimiento a través de la distancia entre el nivel real o actual de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto, un profesor,  o en colaboración con otro compañero más capaz.

 Debemos tener claro que no sabemos el estado en que nos llegan los alumnos, o los incipientes empleados en su primer trabajo, por lo que trabajar las ideas previas es esencial. Nos ponen sobre la pista de cómo es el entorno del alumno, ya que suelen ser en su mayoría las que escuchan en casa o a través de los medios. Existen diversas metodologías, además del intercambio oral, sin embargo no será hasta el encargo de trabajos cuando el superior podrá atisbar un poco en las herramientas que le llevaron al alumno al saber que trae consigo, en ese proceso de construcción interna que depende del desarrollo cognitivo del alumno, ayudándole buscando el conflicto cognitivo, obligándole a pensar en situaciones presentes y trasladarlas empáticamente al pasado. Tanto la empatía como la narración histórica son buenas aliadas para enseñar historia de cada caso concreto y cada materia que se imparta, ahora con las nuevas tecnologías animadas. Se deben proponer enfoques alternativos, interpretaciones diferentes que se han tenido sobre el tiempo a lo largo de la historia, dejando ver lo relativo del tema y que el tiempo es la columna vertebral de la historia.

Ya no se busca en los nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje, el llegar a un compendio entre estrategias expositivas, por descubrimiento y significativas, a través de una metodología, denominada expositiva o magistral, que ha sido la predominante en nuestro marco educativo. El profesor ya no es protagonista absoluto, la clase ya no es un monólogo por parte del docente, en donde los alumnos se limitan a escuchar y asimilar de la mejor manera que pueden aquello que se les enuncia. Hoy, en el polo opuesto se encuentra el aprendizaje por descubrimiento, donde el contenido no se enseña, debe ser descubierto por los alumnos y posteriormente incorporarlo a su estructura cognitiva, el profesor actúa como agente mediador, para que este tipo de estudio no se desvíe de su inicial proceso. Utilizando las tecnologías actuales, se propone el estudio de un tema como si de una investigación se tratase. Se consideran diferentes aspectos del tema, se elaboran hipótesis que son comprobadas, llegando a las conclusiones finales del tema, donde el profesor será mediador. En definitiva, la llamada educación 4.0 está siendo aprendida hoy, simultáneamente, por maestros y alumnos.