Dos años de pensar, para actuar.

Mtro. Víctor Manuel Maldonado Camargo

Como reza el clásico Darwiniano,

sobreviven quienes que se adaptan al cambio

LA PERSONA.

Dos años de producción personal hacia nuestro interior, meditación, introspección, reflexión, avance, evolución. Tiempo de responder al guiño de nuestras lecturas pendientes acumuladas, envolturas de libros al fin desgarradas, reencuentro con la tranquilidad placentera del mundo de las letras, ávidas de poseernos, ante la complacencia de nuestra pasividad para dejarnos atrapar por las historias que aguardaban pacientes y apiladas sobre la mesa de trabajo. 

El detener la maquinaria social, como efecto secundario a la pandemia, como dirán los profesionales de la salud, nos orilló a repensarnos, a reconstruirnos, a redimensionarnos, a fortalecernos.

EL ABOGADO.

En el ámbito del derecho, quienes lo ejercemos en el litigio, se vio limitado, impedido por días, meses en ocasiones. Urgencia sanitaria como limitante al ejercicio profesional, tribunales cerrados o abiertos en días escalonados, pero controversias por resolver.

Se presentó la oportunidad para desarrollar los mecanismos alternativos de solución de controversias, ante la imposibilidad de acudir a la instancia judicial.

La convivencia no prevista, bajo el designio ineludible de quédate en casa, orilló en momentos al conflicto familiar que, en algunos casos, decantó en la necesidad de la separación legal y la urgencia de su formalización. El quehacer del abogado nos condujo a la solución de los conflictos, sin poder acudir a juicio. Se direccionó al terreno del convenio privado, hasta en tanto se pudiera ratificar ante el órgano jurisdiccional, con el propósito de no exacerbar las diferencias ya latentes. Esto requirió de un esfuerzo adicional y de mayor tiempo, para la labor de mediación entre las partes.

En el ámbito comercial, se dio el fenómeno de la reducción de monto de la renta, por el arrendatario, antes que enfrentar el no pago, ante la imposibilidad de acudir a requerirlo en la vía judicial. Literalmente, la prevención antes del conflicto mismo.

En una reciente entrevista radiofónica para la Escuela Superior de Actopan, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, en el programa Derecho en 30, me preguntaron cuál sería el mensaje a transmitir a los estudiantes del programa de la Licenciatura en Derecho y los que estaban por graduarse, sin titubear respondí que, en adelante, tendríamos que actuar como si siempre estuviéramos en pandemia, prevención en todos los ámbitos, personal, familiar, académico, profesional. Destreza para actuar en la adversidad y adecuación a las circunstancias, siempre dentro del marco de la norma jurídica.

EL DOCENTE.

Ubico una verdadera transformación en este aspecto. Durante años, como evaluador de programas de estudios superiores y de posgrado, me ha correspondido hacer una recomendación básica, la utilización de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC´s). Sin embargo, el desarrollo de las plataformas institucionales no siempre ha sido óptimo y a veces no se cuenta con dicho apoyo. El uso de estas herramientas, en un buen número de casos, se daba de manera aislada por los esfuerzos individuales de algunos docentes familiarizados con su manejo.

La declaración oficial de pandemia, en marzo de 2020, me sorprendió después de impartir la primera sesión presencial de un diplomado en León, Guanajuato. La programación para la transportación terrestre de cada fin de semana, se vio abruptamente interrumpida e igualmente el evento académico.

El entusiasmo que los temas despertaron de inicio y la imperiosa petición de las participantes, condujo a la conversión a distancia, para la continuación. Ante la imposibilidad inmediata para adaptarnos conjuntamente a una plataforma, utilizamos los medios de comunicación a nuestra disposición, para el envío del contenido de las sesiones, las que igualmente debieron modificarse, para una apreciación más asequible por parte de los participantes.

En el camino fuimos transformándonos, contando con la apertura de plataformas de acceso más amable y, a veces, temporalmente gratuito. La etapa final del diplomado, las últimas sesiones, ya fueron abiertamente en línea, con la ansiada interacción en vivo.

Lo anterior, es un ejemplo de lo ocurrido durante la pandemia, la reiterada adecuación al cambio, aun cuando este fenómeno se potencializó, al grado de establecerse como una nueva forma de acercamiento al conocimiento, con mayores y más ágiles elementos.

La educación continua se masificó, en ocasiones de manera exorbitante. Los grupos que tradicionalmente se limitaban a un cupo máximo, se han abierto hasta donde la plataforma lo permite, con grupos en la actualidad de más de mil participantes.

Lo que hubiera parecido irrealizable, se materializó, paradójicamente, ante la dificultad o imposibilidad de lo presencial. Tener cada semana una audiencia de dimensiones centenares, es como estar en un congreso permanente, sólo que exponiendo desde el lugar donde te encuentres, con una presencia a nivel nacional y a veces internacional.

El diplomado de profesionalización, peritos en enfermería, concebido e iniciado en marzo de 2020, para marzo de 2022 se ha dimensionado con muy buenos resultados, tanto en una institución privada donde ya se inicia la segunda generación, como en una institución pública donde está por concluir la primera generación.

El reto masivo estaba en la interacción, la evaluación constante, a lo que me he habituado como docente y considero esencial, sobre todo en este programa académico. Acudí al recurso de la selección aleatoria, para medición del desempeño de los participantes, pudiendo comprobar, de forma alentadora, el avance uniforme de todos. La participación incluye envío de reporte de lectura, para retroalimentación, su exposición en línea en vivo, además de una parte final voluntaria de aportaciones o preguntas.

Esta experiencia, permite, dentro de la restricción de tránsito, la comunicación remota y el establecimiento de una colectividad, con intercambio de conocimientos y vivencias, entre personas que encuentran similitudes y afinidades, dentro de su ámbito personal, profesional y laboral, siendo un agregado que se integra al proceso de aprendizaje.

Dos años de cosechas, dos años de desarrollo. El crecimiento de lo virtual, con la semilla de la prohibición presencial. ¿Somos otros? Sí, nosotros mismos revitalizados, en un proceso obligado de preparación permanente.

Alguna vez escuché decir a un amigo, la carencia desarrolla el ingenio, nada más cierto ahora. La educación orillada al precipicio por la pandemia, suficiente para aprovechar ese empuje, transformar la caída en impulso y, al unísono, ir trazando el plan de vuelo, siempre buscando el horizonte en mayor ascenso.    


Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion